En el día de la fecha, Argentina se encuentra celebrando 200 años de su patria. 25 de Mayo de 2010, dos siglos han pasado de la “Revolución de Mayo”, época que se traduce como gloriosa, pero aún siguen los rumores sobre qué sucedió exactamente ¿fue una Revolución con todas las letras, o algo totalmente diferente?
Seguramente, el interrogante lo tengan casi los 40 millones de argentinos y, otros más fuera del país. Y capaz, les haga pensar si también lo ha sido la de su lugar de origen.
Para comenzar a respondernos, primero debemos saber qué es realmente una Revolución. La definición más agradable que encontré, fue la de Wikipedia, que dice: “Revolución es el cambio o transformación radical y profunda respecto al pasado inmediato. Se puede producir en varios ámbitos al mismo tiempo, tales como económicos, culturales, religiosos, políticos, sociales, militares, etc. Los cambios revolucionarios, además de radicales y profundos, y sobre todo traer consecuencias trascendentales, han de percibirse como súbitos y violentos, como una ruptura del orden establecido o una discontinuidad evidente con el estado anterior de las cosas, que afecte de forma decisiva a las estructuras. Si no es así, debería hablarse mejor de una evolución, de una transición o de una crisis. Si lo que falta es su carácter trascendental, debería hablarse mejor de una revuelta. Las revoluciones son consecuencia de procesos históricos y de construcciones colectivas, para que una revolución exista es necesario que haya una nueva
unión de intereses frente a una vieja unión de estos.”
Bien, ahora que sabemos lo que es una revolución propiamente dicha, destacamos algunos puntos para el análisis próximo:
- Cambio radical
- Consecuencias trascendentales
- Ruptura del orden establecido
- Nueva unión de intereses
Estos son las pautas que destacamos de la definición de la enciclopedia colectiva más grande del mundo. Y adelantamos que, poco de ello sucedió en Argentina.
La historia en el país sureño comienza años antes de la conocida “Revolución” de Mayo. Ya por el año 1806, los indicios del pensamiento sobre la Independencia estaban en boca de muchos intelectuales. No obstante, el “cambio” no se lograría hasta 1810, cuando durante una semana, denominada “Semana de Mayo” (18 al 25 de Mayo) se sucedieron ciertos acontecimientos que llevaron a la destitución del Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros.
Hasta aquí venimos bien. Luego de destituido, se firma la creación de una junta de gobierno, denominada Primera Junta. El detallito de esta “innovación argentina” fue precisamente lo que la Junta juró al momento de su constitución: “¿Juráis desempeñar lealmente el cargo y conservar íntegra esta parte de América a nuestro Augusto Soberano el señor Don Fernando Séptimo…?”. “Si” respondieron.
Don Fernando Séptimo, era nada más ni nada menos, que el Rey del territorio español, que se encontraba preso por Napoleón Bonaparte.
Básicamente la historia seguiría igual. No obstante, la verdadera fuente de cambio ha sido generada en 1816, cuando se declara la Independencia Argentina ante el regreso al trono de dicho Rey. Entonces, ¿qué sucedió durante esos 6 años?… Argentina fue considerada una provincia de España, junto con el resto de las colonias del mundo…
200 años después, la llamamos “Revolución” y la ponemos a la altura de fenómenos civiles y sociales como la “Revolución Francesa”, sólo por seguir un protocolo político de la época.