El tsunami y terremoto en Japón ha hecho que surjan no solo problemas estructurales en cuanto a reconstruir Japón, también dificultades en el nivel de consumo ante falta de alimentos y de carburantes dada las imposibilidades de traslado y reabastecimiento.
Entre los problemas que ya existen y los que puedan surgir una vez se empiece a normalizar la situación, el Banco de Japón (BOJ) decidió evitarse algunos e inyectarles unos 55.000 millones de yenes (483 millones de euros) dirigidos a 13 bancos que se encuentran ubicados en el noreste de Japón, dónde ha sido devastado.
El Banco de Japón al aportar dinero por el terrremoto con ello pretende dar apoyo y liquidez a estas entidades financieras y que puedan volver a su normal funcionamiento además de ofrecerles fondos, que puedan garantizar la estabilidad de los mercados financieros, además de que pueda llevarse a cabo la liquidación de fondos.
Si bien y contrario a lo que pueda suceder ante este tipo de situación, el Banco de Japón (BOJ) señala que no se corre el riesgo de que existan dificultades, respecto a la presencia de dinero metálico dentro de la zona más destruida por el terremoto, permitiendo el retiro de depósitos.
La medida del Banco de Japón no es antojadiza, se da previamente a que el Banco Central de Japón lleve a cabo una reunión con al finalidad de poner en estudio los tipos de interés, ya que se dará en un día debido a la actual situación de desastre en Japón.
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