Me da la impresión de que no aprendemos. Confiar en la clase política que tenemos es un error de bulto en el que no deberíamos volver a caer nunca más. Ni en los políticos ni en los burócratas que trabajan para ellos. Desde las armas de destrucción masiva pasando por el «no hay crisis ni la habrá», «no hay crisis pero tendremos un aterrizaje suave», «ya tenemos brotes verdes», «la vivienda no va a bajar», «los parados que estudian no están en paro», y tantas otras barbaridades más. No nos los merecemos. Por que además son incapaces de resistirse a la tentación de manipular cualquier dato, por pequeño que éste sea, siempre y cuando dicha manipulación les reporte un mínimo beneficio, aunque éste tan solo sea temporal.
Ayer tuvimos un nuevo ejemplo cuando fuentes del Gobierno español aseguraron que inversores chinos estaban dispuestos a inyectar hasta 13.000 millones de dólares en las cajas españolas, y que acabarían repartiéndose de la siguiente forma: 9.000 millones de dólares procedentes del China Investment Corporation (CIC) y 4.000 millones de dólares provenientes de otras compañías chinas.
Ayer mismo, un funcionario del CIC que quiso mantenerse en el anonimato negó a Reuters que el China Investment Corporation, fondo soberano de China, fuese a realizar esta inversión en las cajas españolas. Y hoy mismo ha sido el propio fondo soberano chino el que ha tenido que matizar públicamente las afirmaciones provenientes de Moncloa, confirmando que invertirán en las cajas españolas pero negando la decisión de invertir la cantidad mencionada de 9.000 millones de dólares.