Deflación

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Conocida como el fenómeno económico opuesto a la inflación, la deflación es la bajada generalizada de precios de los bienes y servicios en una economía, durante por lo menos dos trimestres, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El proceso deflacionario se origina como consecuencia de, principalmente, dos situaciones económicas desfavorables: insuficiencia de la demanda o exceso de oferta (superproducción). En ambos casos el resultado es el mismo. La falta de demanda o consumo genera que los comerciantes deban reducir sus precios, para así, poder cubrir sus costos fijos.

De esta manera se desarrolla un círculo vicioso, o también llamado “ciclo deflacionario” en el cual la caída de los precios acarrea a la especulación por parte de los consumidores que prefieren esperar para comprar puesto que al día siguiente los precios estarían aún más bajos.

La deflación produce resultados negativos en las empresas lo que las lleva a reducir sus costos variables, como por ejemplo, la plantilla de empleados.

El problema dentro de esta situación económica es que el dinero tiene mayor valor (precio) en sí mismo que utilizándolo para consumo. Es, en este contexto, donde la economía entra en una especie de “enfermedad”, para sanearla se aplican diferentes políticas monetarias y herramientas fiscales.

Entre las primeras usualmente utilizadas podemos encontrar, por ejemplo: controles de cambio, devaluaciones, maxidevaluaciones, Crawling peg y aumentos de salario por decreto; en lo que concierne a herramientas fiscales, se interviene mediante un aumento del gasto público y la paralela reducción de los impuestos. De esta manera, se incentiva al consumo a través de un descenso en el “precio del dinero”, revirtiendo el ciclo.

A la deflación debe entendersela como la caída de los precios no en un sector solo sino a nivel conjunto de la economía y que puede extenderse por diversos períodos según los casos hasta por 2 trimestres.

No se cuentan las caídas de precios que se registran en determinado sectores o que sean muy puntuales.

Y si deflación es la contrapartida a la inflación pero no por ello debe tomársela como algo bueno o necesario para que no exista la inflación o mantenerla a raya.

Algunos expertos señalan que se debe de separar los términos deflación de la desinflación. Ya que la desinflación es una desaceleración de los precios, estos continúan en ascenso solo que a un bajo ritmo a la vez que la deflación significara unas tasas de variación negativas sobre el IPC.

El por qué de la deflación, esta aparece en momentos en lo que la oferta de bienes y servicios dentro de la economía de un país se ubica por encima de la demanda; en el caso del sector empresarial este debe rápidamente reducir los precios y poder colocar su producción en el mercado además de no poder verse acumular stocks.

Así los mismos expertos señalan que el desface entre la oferta y la demanda se debería a:

-Insuficiencia de la demanda.

-Exceso de la oferta.

Los efectos que produce la deflación en la actividad económica pueden ser tan oscuros como los de la inflación, por eso decíamos que por ser contraria no quiere decir que sea mejores.

Al producirse una caída de los precios tira fuertemente hacia abajo los resultados empresariales, trayendo como consecuencias nefastas los despidos de parte o gran parte de la plantilla y el tener que recortar la inversión en bienes de equipo, bajando también la demanda que recorta otra vez el excedente empresarial.

Otro aspecto negativo son los desfasajes en la actividad financiera, elevando la carga real de intereses para los deudores. Por lo que, los tipos de interés no se pueden rebajar por debajo de cero, con la caída de los precios, aumenta el poder adquisitivo del dinero.