La subida de la luz implica tener que hacer malabares para poder asumir el coste de la subida de la factura de la luz como en otros servicios como el gas, debiendo recurrir a una guía de ahorro y poder implementar diferentes pautas de ahorro de energía. Pero todo ello no basta si nos enteramos que la real subida de la luz –según OCU-llega al 11,9% durante enero.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncian que habiendo revisado las primeras facturas de 2011, pudieron llegar a la conclusión que el precio de la electricidad subió en un 11,9%, es decir un 2,1 puntos más que el 9,8% que había anunciado el Ministerio de Industria para este año.
Por lo que verdaderamente el precio del kilovatio/hora subió un 11,9%, esto es más del 13% para consumidores cuya tarifa es de discriminación horaria, de ahí la diferencia ya que el cálculo del 9,8% del Gobierno se basó en familias con consumos pequeños, de unos 3.000 kilovatios/hora anuales.
Además al permanecer el término fijo variando solo el término de consumo, la subida será mayor para las familias al consumir mayor energía. De ellas las que más sufrirán serán familias con calefacción con sistemas eléctricos.
No lo notarán aquellas viviendas vacías o las segundas residencias que presenten bajos niveles de consumos.
Es por ello que la OCU lleva a cabo una campaña para congelar las tarifas, de hecho ya ha juntado a la fecha unas 31.456 firmas. Para registrar la firma pueden ingresar a www.ocu.org.
Otro problema que afrontan los consumidores se trata de la llamada Facturación bimensual, ya que la subida en la factura de la luz generaría cierta confusión en los consumidores, por la estimación de consumos de par del Gobierno a la vez con la facturación mensual.
Ya que dicha normativa exige que en las facturas que son emitidas con consumos reales, devolver el importe facturado con anterioridad desde consumos estimados facturando otra vez en base a los días que pasaron entre cada periodo de facturación. Ante este embrollo de modalidad de facturación, impulsa la antigua modalidad de facturar, que es cada 2 meses, evitando la confusión y desconocimiento de parte de los consumidores.
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