El mundo en que vivimos es una tentación de productos que se ofrecen en tiendas e Internet. Con mayor frecuencia, tenemos a nuestro alcance una variedad incalculable de bienes y servicios a nuestra disposición.
Pero, sumergidos en una crisis de magnitudes preocupantes, los consumidores intentan reducir costos y sacarle el mejor redito a sus inversiones. A la hora de pagar, que nos conviene ¿tarjeta o dinero en efectivo?
Para tomar la real dimensión, por ejemplo del mercado de las tarjetas, el número de plásticos en circulación ha llegado en 2007 a los 77,9 millones, de las cuales, 31,4 millones tienen función de débito; 43,4 millones tienen función de crédito y débito diferidos y 4,2 millones de monedero.
Si bien las ventas, tanto en comercios minoristas como en grandes superficies, reflejan descensos en comparación con 2007, los españoles han decidido utilizar medios de pago electrónicos para pagar sus gastos. Veamos como se ha comportado el mercado de pagos.
En el primer trimestre de 2008, el número de operaciones de compra en punto de venta (unas 472,7 millones) han reflejado un aumento del 15,27%, por un importe de 22.135 millones de euros.
Otro tipo de operaciones, son las extracciones en cajeros automáticos para sacar efectivo (utilizado especialmente para pago de gastos menores). Si lo comparamos con datos del año pasado, donde superaron por primera vez los mil millones de disposiciones (+2,54%), en los primeros tres meses de 2008, se contabilizaron 240.000 millones de retiradas de efectivo (+1,74%).
En cuanto a los montos de dinero extraídos de los cajeros, en todo 2007 llegaron a los 114.000 millones de euros (+5,2% con respecto a 2006). Sin embargo en el primer trimestre de 2008, sólo se incrementaron un 4,45%, unos 26.813 millones de euros.
Sin embargo, el medio más usual para el pago de pequeños gastos son las domiciliaciones bancarias, ya que el 44% de los pequeños gastos están domiciliados en cuentas bancarias.
Atrás se ubican las tarjetas, con el 37% de las operaciones, transferencias y cheques con el 15% y 3%, respectivamente.
Si realizamos una distribución por importe del gasto, las transferencias marcan la tendencia dominante con el 82% ( las empresas son quienes más lo utilizan). Lo siguen los cheques con el 8%, las domicialiaciones 6% y las tarjetas, sólo el 1% de los importes. Entre todas sumaron 11,1 billones de euros.