Habiendo vivido a través de la depresión, nuestros abuelos y bisabuelos desarrollaron una falta de confianza en los bancos y comenzaron a enterrar sus ahorros en el patio trasero de sus casas o debajo del colchón. Nuestra actual desaceleración económica aún no acarreó medidas tan drásticas, pero hay cosas que podemos aprender y tener en cuenta de aquellos que pasaron por esa difícil época y luego, prosperaron.
1) Alimentación: planta tu propia huerta
Cultivando algunos alimentos se puede ahorrar mucho dinero y además obtener la gran satisfacción que proviene de la alimentación a través de sus propios medios.
Considere la posibilidad de comenzar con una huerta comunitaria, organizándose con algunos amigos, familiares y/o vecinos con el objeto de tener un inicio económico y abundante.
2) Entretenimiento: Disfrutar de las cosas simples
No todo acerca de la Gran Depresión fue deprimente. En tiempos difíciles, podemos encontrar un montón de placer al disfrutar de las cosas simples de la vida.
Durante la década de 1930, los juegos como “Monopolio” (“Monopoly”), se volvieron populares ya que dieron esperanzas a las personas y les permitieron soñar con una vida mejor. Asimismo será un poco más barato que pasar el día en Disneyland.
3) Transporte: ¿Cuántos automóviles necesita su familia?
Si bien no se recomienda vender su coche, sí, se advierte que se debe utilizar en menor medida. Caminar a las tiendas si las distancias son cortas, ver la posibilidad de mudarse en las cercanías de su trabajo, para así poder ir caminando o bien, en bicicleta.
Compartir el automóvil con los colegas o bien, hacer Autostop, son cosas comunes en épocas de crisis, y cómo no, utilizar el transporte público cuando sea posible.
4) Vivienda: alquilar o reducir el tamaño del hogar.
En algunos casos, puede ser beneficioso sacrificar un poco la intimidad en el corto plazo con el fin de volver a la rueda financiera o sistema económico. Alquilar un dormitorio a un amigo, o bien reducir el tamaño de su hogar, son consejos que nunca faltan a la hora de ajustar los cinturones.
5) Empleo: Nada que perder
Debido a los proyectos de obras públicas en la década de 1930, hubo al menos un poco de alivio para las masas en paro.
Actualmente, si usted está buscando empleo, podría considerar la posibilidad de ubicarse en una posición que esté ligeramente por debajo de su sueldo ideal, pero que, a la vez, pueda tener un mayor potencial de ascenso.
6) Crédito: La redefinición de “lo que Pueda y Necesite”
Si tiene tarjeta de crédito disponible, puede caer en la tentación de utilizarla sin pensar en el futuro. Contraer deudas es sólo un daño a largo plazo. En lugar de ello, recuerde las palabras de su abuela y preste atención a este sencillo y antiguo consejo – “Si usted no puede permitirse el lujo de pagar en efectivo, definitivamente, no puede permitírselo».
7) Presupuesto: Simplifique su sistema
Para poder mantenerse dentro del presupuesto, se debe tener disciplina, y mucha. Considere sólo realizar los gastos necesarios y dejar de lado aquellos que son de puro placer (sin quitar el ocio de nuestras vidas, no debemos vivir privados).
Tome el ejemplo de la década de 1930. El uso de efectivo en lugar del débito para sus compras menores, especialmente cuando se encuentran cerca del límite de su cuenta. Esto ayudará a evitar el pago de una tasa de sobregiro, que hará peor su situación.
Fuente: Mint.