La quiebra de Lehman Brothers, el cuarto banco más grande los los Estados Unidos, la semana pasada se convirtió en el epicentro de uno de los terremotos financieros más importantes de los últimos tiempos a nivel mundial.
Caos, pesimismo, despidos, turbulencias, abismo, todos sinónimos de una de las caídas más fuertes de la burbuja bancaria, que parece pincharse, por más que los bancos centrales con más peso en el planeta y los Estados, intenten socorrer.
Sin embargo, y en un tiempo record, ojalá todos tengamos la suerte de que la justicia convalide sus actos con tanta velocidad como ocurrió aquí, ha aprobado el acuerdo que le permite a Barclays quedarse con la mayor parte del negocio de Lehman Brothers.
Si bien no se han publicado oficialmente datos concretos, se estima que Barclays desembolsará unos 1.350 millones de dólares (936 millones de euros), una cifra inferior a la oferta inicial de 1.500 millones de dólares, y además garantiza 9.000 puestos de trabajo en EE UU (por el momento).
Un dato interesante es que la entidad británica continúa interesada en conquistar el negocio de LB en el resto del mundo, aunque la veloz adquisición en los Estados Unidos, no contempla los activos que Lehman Brothers en Canadá, valorados en unos 47.000 millones de dólares (32.600 millones de euros).
El juez del Tribunal de Quiebra de Manhattan, James Peck, encargado de resolver con cierta prisa, este escándalo, afirmó que «no hay ninguna alternativa mejor para los activos de Lehman. Tengo que aprobar esta transacción porque es la única disponible».
Si comparamos la situación de cualquiera de nuestras empresas, ya sean pymes o familiares, con lo que ha ocurrido aquí, es notable la diferencia de velocidades que se imprimen. Este juez ha sostenido en sus fundamentos que «lo habitual es que las quiebras se procesen de forma más metódica y pausada y no en una semana, como ha ocurrido con el banco. Esta es la vista de quiebra más trascendental que he presenciado nunca»,»Es difícil para mí imaginar una emergencia parecida».
La pregunta que se me ocurre es ¿por qué tanta rapidez?, ¿no es llamativa que semejante quiebra se resuelva con tanta liviandad? Una vez más el oscuro universo de las quiebras voluptuosas en el mundo de las finanzas estadounidenses, se resulve del día para la noche…