Febrero nos trajo como gran tema Grecia y su grave situación económica, para muchos realmente una sorpresa. Un país que siempre resaltó por su rica historia cultural y su belleza, su gran atractivo turístico, nunca hasta había sido foco de una preocupación semejante.
Y al parecer la preocupación es grande, es que el temor que su crisis golpee a sus socios europeas es fuerte, por eso algunos países ya están trabajando en cómo ayudar a Grecia.
La situación de Grecia, el país que peor se encuentra de un grupo de países que incluye a España, Portugal e Irlanda, ya ha comenzado a afectar al euro.
Por estos días se sabe que Alemania es uno de los países más preocupados en evitar una cesación de pagos de Grecia y demás países de la UE en crisis y por lo tanto uno de los que más quiere apoyar una solución, así está considerando un plan con sus socios de la Unión Europea (UE) para ofrecer a Grecia y otros miembros de la zona euro en apuros, garantías de préstamos.
Como resaltamos en un post anterior, los países miembros que adoptaron el euro están obligados a cumplir y mantener ciertas medidas económicas y políticas, donde el déficit fiscal por el que atraviesa Grecia, es una clara violación al compromiso contraído por todos los países miembros sobre el control de su gastos, situación que debe solucionar inmediatamente para no poner en riesgo al resto grupo.
Aunque esta situación no es nueva, durante la mayor parte de su existencia, el euro siguió su marcha a pesar de que países como Grecia e Italia no respetaban los límites fiscales, mientras la UE no ejercía sus facultades para obligarlos a cumplir sus compromisos.
El tema acaparará la atención durante la cumbre de los líderes de la UE que tendrá lugar este jueves en Bruselas, donde Alemania planteará que las garantías de préstamos constituyen la manera más eficiente para prevenir el contagio de la crisis de deuda.
Según los especialistas, el hecho que la UE estudie una medida de esta magnitud sugiere que sus autoridades consideran que la alternativa, una potencial cesación de pagos de un miembro de la zona euro, sería un desenlace que podría tener serias repercusiones para Europa y la economía mundial. Y cualquier sea el debate y la solución a la que se llegue, si los mismos miembros de la UE deciden auxiliar a Grecia, tendrán que hallar un equilibrio entre impedir una catástrofe de mayores proporciones, por una parte, y no castigar lo suficiente a países proclives a gastar en exceso, como Grecia, por la otra. Esto último podría mermar la confianza en el euro.
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