JP Morgan, uno de los bancos más grandes del mundo, ha anunciado una medida que conlleva una doble lectura. La entidad financiera ha decidido aplazar el pago de la cuota de las hipotecas para todos sus clientes en 3 meses.
Sin embargo, esta decisión adoptada por la entidad con mayor valor bursátil, ofrece una dualidad de consideraciones. Por un lado es casi un grito de auxilio que exigían sus clientes ante la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones en medio de una crisis mundial.
Pero también ha sido una estrategia para lavar la cara de la entidad. Este doble juego del gato y el ratón le ha servido a la entidad para llevarse el mote de «compasivo con el cliente», permitiéndole respirar frente a las criticas que soporta el sistema financiero.
Pero también es verdad, que esta medida era necesaria para la enorme cantidad de estadounidenses que no están pudiendo cumplir con las cuotas de sus préstamos hipotecarios, que a diario refleja aumentos constantes.
Debemos recordar que JP Morgan, recibió de parte del Gobierno unos 25.000 millones de dólares, y además de facilitarle este plazo de 90 días a sus clientes planea una serie de medidas para rediseñar su estrategia frente al mercado hipotecario.
El banco planea diseñar un plan de pagos de hipotecas por 110.000 millones de dólares (85.000 millones de euros), como también la reducción del tipo de interés de la deuda.
Además, y frente a las versiones que sostienen que reducirá su plantilla, ha informado que abrirá oficinas las 24 horas en las áreas donde el nivel de morosidad esté en los índices más altos para negociar con los afectados.
En Estados Unidos, más de cuatro millones de familias llevan al menos un mes de retraso en el pago de sus hipotecas, y otro medio millón de personas se han visto obligadas a iniciar los trámites para iniciar el proceso de ejecución hipotecaria.