Gracias a los golpes de la crisis, de la que dicen, surgen las mejores ideas, apareció un nuevo concepto de turismo. Este último fenómeno económico negativo dio lugar al nacimiento del “turismo experiencial”, buscando que se pueda satisfacer a una demanda «cada vez más especializada y exigente».
En España, uno de los primeros lugares que mostró su sitio web adaptado a este tipo de turismo, fue Extremadura. Sin embargo, no es algo simple, sino que el principal reto al que se enfrenta el sector turístico para que España recupere posiciones dentro de este mercado, es fomentar las visitas experenciales.
Nuevas tendencias y herramientas ‘online’ que buscan atrapar a nuevos turistas en busca de experiencias novedosas, son lo que está planteado, dejando de lado lo propuesto en países como Croacia y Turquía, abanderados del trinomio “bajo precio, sol y playa”.
Lo que queremos decir es que, ya no es suficiente competir con un precio bajo, hay que darle algo más al turista. Se debe competir bajo la diferenciación y en la capacidad de sorprender. Pero tampoco yéndonos a precios desorbitantes que nos hagan recordar los viajes de la época de los 90’s.
En orden a remontar el sector turístico en toda Europa, ESCP Europe dará cursos de gestión de empresas turísticas, Master in Hospitality Management. El programa que se implementará será en base a las herramientas de gestión del sector hotelero, del marketing de servicios, en los canales de distribución y en la fijación de precios, buscando sobre todas las cosas innovación y desarrollo sostenible del turismo.
El turismo experiencial, es un tipo de turismo de larga cola, que necesita de la microsegmentación buscando adaptar la oferta a las características del visitante.
Dado que este turismo no es estandarizado, en el que las acciones se repiten automáticamente sin importar quién las recibe, la experiencia no se puede estandarizar.
Y cómo lograr esto. Es simple y complejo a la vez, dado que el cliente busca llevarse un resultado, es decir, hay que crear la calidad emocional, aquella que mide las experiencias ofrecidas y su capacidad de dar respuesta a los deseos del visitante. A partir de ellas, poder dar el mismo resultado abierto a las subjetividades de cada uno.
Imagen: google
Desde la Patagonia Argentina el Grupo SYNAPSIS viene desarrollando iniciativas de turismo experiencial desde hace casi 10 años.
Cuenta con programas de formación en su método de trabajo, con experiencias destacadas para Universidades, Cámaras de Comercio y Desarrollo Turístico y demás entidades vinculadas al sector en países de Latinoamerica.
¿Qué es el turismo experiencial?
Mucho se habla del turismo experiencial hoy en día como una de las tendencias más relevantes del cambio de paradigma en el turismo actual. Solo basta con hacer un seguimiento en el tiempo en buscadores como Google para ver su rápido crecimiento. Sin embargo, en la mayoría de los casos, cuando uno intenta develar el misterio de su significado a través de las propuestas que se ofrecen en el mercado, solo descubre que se trata de viejos conceptos modernizados por un efecto lingüístico o una estrategia comunicacional de marketing orientada tal vez, a atraer la atención del cliente, pero vacía de contenido innovador.
Cada viaje es de por sí experiencial por definición ya que en alguna medida implica salir de las rutinas, de lo conocido o incluso de la comodidad y el piloto automático, para llevar la atención hacia nuevos estímulos y sensaciones. Como no hablar de experiencia a un suceso tan contrastante y anhelado dentro del calendario. La innovación no radica en el hecho de «ofrecer experiencias» porque el viajero siempre ha estado y estará viviendo experiencias independientemente de lo que se le ofrezca.
Lo novedoso es el ofrecer condiciones dentro de estas experiencias para éstas sean transformadoras en un nivel más profundo y personal; una transformación puesta de manifiesto a través de un cambio en la manera de pensar, de sentir o incluso de comportarse del viajero a partir de sus vacaciones. Este tipo de efectos es el responsable de que una experiencia de vacaciones sea recordada para siempre. Aprender algo nuevo de una cultura ancestral que sea de utilidad para la vida cotidiana, descubrir una nueva manera de ver y estar en el mundo a partir del intercambio con personas de otras nacionalidades, sentir una emoción que permanecía dormida o anestesiada por el estrés urbano y que moviliza hacia un cambio anímico saludable, reencontrarse con los afectos desde un contexto que promueva dicho reencuentro y con la naturaleza o uno mismo de manera enriquecedora y trascendental, son ejemplos de situaciones que forman parte del contenido de lo que hoy se conoce como turismo experiencial o turismo de experiencias.
No obstante, para generar estas condiciones dentro de una experiencia de vacaciones se requiere de bastante más que un spot publicitario de alto impacto y de un sistema de calidad de servicio orientado al cliente. Se requiere especialmente de un marco científico, referencial, estratégico y operativo que permita crear este tipo de experiencias transformadoras. Dicho marco en el sentido amplio de un destino o región turística, involucra una sensibilización del sector involucrado, planes de capacitación específica en el método experiencial para personal de contacto y el desarrollo de productos que integren la cadena de valor del destino, alineados con este propósito.