Con el claro objetivo de acordar e impulsar el paquete de medidas contra la crisis de deuda de la UE, es que se celebrará la Cumbre Extraordinaria de la Eurozona el próximo 13 de marzo en Bruselas.
A dicha cumbre concurrirá el nuevo presidente irlandés, tras las elecciones del 25 de febrero, además de la reunión de los técnicos de los Veintisiete en la que terminen de modificar ciertos aspectos y poder adoptar durante la cumbre de la UE, el 24 y 25 de marzo las medidas.
En este paquete de medidas, todavía falta determinar que tal alto será el endurecimiento de la disciplina fiscal, además de nueva ronda de exámenes de solvencia a la banca –test de estrés– junto al refuerzo del fondo de rescate de la zona euro.
Esta próxima cumbre ha sido convocada en especial por Francia y Alemania, a la vez desean llevar a cabo con la previa aprobación de las partes disconformes el «pacto de competitividad» algo que todavía dista de conformidad.
El Pacto de Competitividad se apoya en un documento que consta de seis puntos para reforzar la competitividad en la UE y difundido por el Consejo Europeo, Aunque Alemania pone la aprobación del mismo como condición para aceptar un aumento del fondo de rescate de la zona euro, y que se extienda las facultades del mismo y sus usos.
Estos seis puntos, se basan en:
-Prohibir ligar las subidas salariales a la inflación
-Límites de deuda y déficit en las Constituciones nacionales
-Reconocimiento mutuo de títulos para favorecer la movilidad laboral
-Aumento de la edad de jubilación
-Armonización del impuesto de sociedades
-Establecimiento de mecanismos de resolución de crisis bancarias.
Dentro de estos puntos el que genera más polémica es el que trata sobre ligar los salarios a la productividad, de parte de Bélgica, Luxemburgo, Austria y España. Mientras que Irlanda se opone firmemente a subir el impuesto de sociedades.
Imagen: knock-on-wood