Demás está decir que se han vuelto horas trascendentes para la aprobación del presupuesto de Obama, ya que entre los propios demócratas y republicanos no logran acordar y aprobarlo algo que ni la reforma financiera llevó tanto tiempo.
De no llegarse a tal acuerdo, se corre el riesgo de que se de una paralización de la actividad pública, algo que de darse sería una imagen propia de otros países más que la de Estados Unidos.
Si bien en caso de que se apruebe un plan provisorio de parte de los republicanos,el presidente Barack Obama lo vetaría.
Las últimas reuniones que se dieron no sirvieron para llegar a un acuerdo cuando el tiempo apremia para que sea aprobada la ley de presupuesto que tiene como principal objetivo lograr cubrir el ejercicio 2011, a finalizar el próximo 30 de septiembre.
Por el lado de los republicanos pretenden reducir el gasto en 61 mil millones de dólares, mientras que del lado de los demócratas llegarían a un ajuste por 33 mil millones de dólares.
Como no se han cansado de resaltar, sobre las consecuencias que se darían si no se aprobara como la paralización en el ámbito gubernamental, entre otras. Por ahora lo único en que se habría coincidido sería en la forma en llevar a cabo recortes en los gastos que afectaría a los presupuestos.
Las horas corren y se espera que antes de expirar el plazo, ya que antes del viernes a la medianoche, si no se produce el ansiado acuerdo, los servicios entendidos como no esenciales de la administración cerrarían junto a ello 800 mil funcionarios federales se les suspenderían sus salarios.
A todo esto y para ganar tiempo, la Cámara de Representantes de mayoría republicana, decidió sancionar un proyecto de presupuesto que es provisorio para frenar las consecuencias de paralización, el que será vetado.