Sabido es que si hay algo que «Washington» necesita de sus países “hermanos” es petróleo. Que más allá de las diferencias políticas sus países enemigos ideológicamente realizan grandes ventas al “poderoso” país del norte.
Que incluso Canadá relega consumo propio para destinarlo a la venta en Estados Unidos y que grandes guerras contra el terrorismo se han iniciado en países donde lo que abunda es el petróleo que escasea en Estados Unidos.
Desde que Obama llegó a la presidencia se está trabajando en un proyecto de ley sobre cambio climático que podría dar un impulso al uso del gas natural. El tema, que podría llegar al Congreso este mes, fija objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Para cumplir con las metas que prevé este proyecto deberían abandonarse rápidamente las plantas energéticas a carbón, que emiten un considerable volumen de carbono. Obama quiere que su país utilice más fuentes de energía renovable, como la eólica y la solar, pero esas tecnologías no están listas para satisfacer más de una pequeña parte de las necesidades energéticas de EE.UU. Los partidarios del gas natural sostienen que el combustible, que es más limpio que el carbón, sería una solución rápida y lógica.
Paralelamente a esto, el Wall Street Journal publicó un a rtículo acerca de lo que llamó “un enorme hallazgo de gas natural” en el estado de Louisiana, que puede traducirse como un gran cambio en el panorama energético de Estados Unidos. “tras una era de producción en descenso, el país ahora nada en gas natural».
Por lo tanto esta disponibilidad de gas podría facilitar la transición energética que pretende Obama, en tiempos donde escasea el petróleo y el precio del mismo vuelve en franco ascenso. Según estimaciones de la OPEP el barril hacia fin de año ascendería a 80 dólares y hacia fines de 2010 pasaría el récord de los 140 dólares alcanzados en 2008. Con este panorama, la renovación energética y tecnológica en Estados Unidos se hace más necesaria, por la crisis económico-financiera, más que por los beneficios climáticos.
En referencia a este hallazgo de gas, el diario informa que los cálculos más conservadores sugieren que el descubrimiento en Louisiana —conocido como el Esquisto Haynesville, por la densa formación rocosa que contiene el gas— podría albergar unos 5,7 billones (millones de millones) de metros cúbicos de gas natural.
Es cifra es el equivalente a 33.000 millones de barriles de petróleo, o a 18 años de la actual producción estadounidense de petróleo. Grandes campos también han sido hallados en los estados de Texas, Arkansas y Pensilvania.
Un estudio respaldado por la industria estima que EE.UU. tiene más de 62 billones de metros cúbicos de gas listos para ser extraídos, lo suficiente para satisfacer casi 100 años de la demanda actual de gas natural del país.
¿Es posible que repentinamente el país más poderoso del mundo note que tiene suficiente combustible para satisfacer 100 años de demanda? ¿Por qué ahora? ¿Es verdad todo esto? ¿Ya no necesita seguir consumiendo la producción de petróleo de los demás países?
Tal vez, como arte de magia, muchas de esas zonas pobladas y alejadas de las grandes ciudades americanas, comenzarán a ofrecer empleos a los pobladores de un país que vive índices de paro sin precedentes.