Si hay algo que nadie pone en duda es la inteligencia política de Rubalcaba y en su discurso de presentación como candidato del PSOE a las próximas elecciones generales ya lo puso de manifiesto, alejándose de las políticas del gobierno de Zapatero, aunque justificándolas, y presentando una serie de propuestas dirigidas a recuperar la esencia socialdemócrata de su partido.
En primer lugar, justificó que su programa fuera en dirección contraria a la de las políticas llevadas a cabo por Zapatero y lo hizo en función de los tiempos. Dijo que Zapatero tomó las medidas que eran necesarias cuando eran necesarias mientras que su programa ofrece una batería de medidas diferentes para tiempos distintos.
Entre estas medidas destaca la participación de los bancos en la creación de empleo aportando parte de sus beneficios. Según Rubalcaba esta medida no se puede aprobar ahora, en pleno proceso de reestructuración, pero sí se podrá llevar a cabo a partir del año que viene.
También propuso la recuperación del impuesto sobre el patrimonio y la lucha contra los paraísos fiscales. Asimismo abogó por la creación de una agencia de calificación europea, independiente, pero rigurosa que permita que los gobiernos no estén a expensas de los movimientos especuladores de las agencias de calificación actuales.
Destacó que en su discurso no hiciera ninguna mención a Rajoy, ni al terrorismo, ni a la política territorial. De Rajoy se olvidó para que calara su discurso, y no la crispación política, del terrorismo para evitar que se le acusara de oportunista, ante la inminente caída de la banda armada, y a la política territorial para que no le pudieran echar nada en cara.
En definitiva, fue un discurso inteligente, como no podía ser de otra manera, con clara vocación pedagógica y didáctica, y alejado del fervor demagógico que suelen tener los mítines. Sin duda, uno de los discursos de mayor calado y contenido de los últimos años. Otra cosa será, por supuesto, que los votantes se lo crean o no.