Pese a que ahora no debemos preocuparnos por los estragos que un default podría causar en nuestras finanzas, otra amenaza persiste para los estadounidenses y sus inversores: las consecuencias de cualquier rebaja futura de la calificación de deuda del gobierno de los Estados Unidos.
Standard & Poor’s indicó que podría bajarle la calificación de crédito «AAA» de Estados Unidos si duda que el gobierno tiene una solución creíble al aumento de la carga de la deuda del país. El martes, las agencias Fitch y Moody’s reafirmaron su calificación «AAA» de los Estados Unidos, aunque ambos servicios advirtieron que una rebaja aún podría ocurrir en los próximos meses.
Con una rebaja se podría agregar más temor y la incertidumbre de la recuperación económica estaría haciendo estragos en el mercado. Como resultado de ello, aconsejan a los inversores tener cuidado con sus carteras de acciones e ir gravitando hacia las acciones de empresas más grandes y estables.
¿Por qué no ir directamente a las acciones de países emergentes? Para empezar, las multinacionales son una apuesta más segura que la volatilidad de las acciones de mercados emergentes, especialmente en tiempos de incertidumbre económica. Actualmente, las multinacionales de Estados Unidos están cotizando a valores mucho más atractivos que las acciones de mercados emergentes.
¿Qué hacer con los bonos?
Al año de la rebaja de la calificación de Canadá en 1993, los rendimientos de los bonos a 10 años pasaron del 7,6% al 8,1%. Sin embargo, mientras los estrategas de renta fija anuncian que una baja en la calificación de crédito del Tío Sam podría conducir a un aumento en los rendimientos de los bonos del gobierno, creo que no será un salto grande.
Eso es porque los bonos del Tesoro, a diferencia de los valores de Canadá, se consideran una inversión por defecto para los inversionistas globales en busca de seguridad.
¿Qué hacer con el dinero en efectivo?
La seguridad relativa de los diferentes vehículos en los que podría esconder su dinero en efectivo, tales como cuentas, fondos o los bonos del Tesoro a corto plazo, no estarían tan afectados por la rebaja. Aquellos inversionistas asustadizos que no quiere dejar su dinero en bonos del Tesoro podrían sentirse más seguro al poner ese dinero en una cuenta bancaria.
En cuanto a los fondos, que no están asegurados, el efecto de una rebaja no se espera que sea espectacular, ya que estos fondos suelen invertir en deuda a corto plazo, y la discusión de la rebaja ha sido hasta ahora limitada a largo plazo en Bonos de Estados Unidos.
A pesar de una rebaja de la deuda todavía serían considerados un refugio seguro.
¿Qué pasará con las deudas?
Hasta ahora los inversores parecen optimistas sobre el futuro. A largo plazo, un bono a 10 años, estará en mayor demanda, mientras que muchos bonos a corto plazo tendrán una caída de la demanda. Debido a que los rendimientos se mueven inversamente a los precios, tarifas, entre otras cuestiones.
El caso típico son las tarjetas de crédito que tienen tasas vinculadas a la Prime o al Euribor, se mueven con la tasa de fondos federales. Si la tasa preferencial aumenta, los consumidores podrían verse afectados con alzas de tasas de tarjetas de crédito. Es más, por el riesgo existente, si la tasa no aumenta puede que las empresas decidan cobrar más, por las dudas.
Este ha sido un resumen de lo que podría llegar a ocurrir si alguna calificadora da el puntapié inicial en el mundo de la rebaja de la calificación de la deuda de Estados Unidos, cosa que rompería con el Lobby que hacía con dicho país.