Ahora que la crisis del techo de la deuda está «superada«, el presidente Obama está dispuesto a centrarse en el mayor problema que sufre la economía estadounidense: la débil creación de empleo.
Parte de su receta para el año 2012 gira en torno a la reducción de impuestos a la nómina en 2 puntos porcentuales y la ampliación de las prestaciones por desempleo. La idea es darle a la gente más dinero para gastar, lo que atraerá a las empresas a contratar trabajadores adicionales para satisfacer la demanda.
¿No son los programas ya en marcha?
Claro que lo son, pero el jurado todavía está deliberando sobre si realmente ayuda al país la idea de estimular el crecimiento económico mediante la creación de empleo.
Después de todo, el Producto Interno Bruto (PIB) creció a una tasa insignificante anual del 1,3% en el segundo trimestre, mientras que el desempleo sigue siendo alto, llegando a 9,1% en julio.
El gobierno de Obama, el pasado diciembre, discutía acerca de una reducción del impuesto sobre la nómina durante este año como parte del programa de bajas en impuestos, frente a los republicanos en el Congreso. Se establecía que se reduciría el impuesto a los trabajadores a 4,2% desde el 6,2%.
Por su parte, las prestaciones por desempleo se alargaron a la longitud actual de 99 semanas.
Estos programas económicos no son baratos. El recorte de impuestos de nómina y la extensión de prestaciones por desempleo costo $ 112 mil millones y $ 56,5 mil millones, respectivamente.
Pero el presidente se siente que vale la pena el costo. Esta idea está aliada de las de reactivación económica impulsadas en Minnesota el lunes, donde destacó Obama la reducción de impuestos de nómina, donde una familia típica tendrá 1.000 dólares más para gastar.
Claramente, en consecuencia «también significa que las empresas tendrán más clientes«, dijo. «Y eso significa que puede contratar a unas cuantas personas más«.
La ampliación del plazo para solicitar las prestaciones por desempleo, una vez más es una cuestión complicada. Algunos expertos dicen que tal apoyo a largo plazo en realidad mantiene la tasa de desempleo elevada, ya que desalienta a las personas en busca de un puesto de trabajo.
Sin embargo, no hay duda de que estimula el gasto. La fórmula es simple, por cada dólar de gasto en prestaciones por desempleo se impulsa la economía por 1,60 dólares.
El problema es que a pesar de que el gasto de los consumidores aumentó, las empresas no están preparadas para iniciar la contratación. Todavía hay mucha incertidumbre y falta de confianza para impulsar a las empresas a ampliar sus nóminas. ¿Funcionará el Plan Obama?