La semana ha comenzado con fuerza y con temor en los mercados internacionales ante la inminente quiebra de Grecia, a la que en nada están ayudando estos rumores porque su caída se convertirá en una premonición autocumplida, ya que la propia previsión de que el país está cayendo provocará que el país acabe por caer.
Pero el problema ya no es tanto que Grecia vaya a quebrar, que era algo que podía haber entrado dentro de lo previsible, a juzgar por su comportamiento con las finanzas públicas en los últimos años, el problema es que con ella caerán otros estados con intereses financieros y económicos en el país heleno, provocando un efecto dominó de consecuencias impredecibles y que puede terminar por hacer que el Euro se tambalee de verdad.
De momento, Francia ya se ha echado a temblar ya que la agencia de calificación Moody´s ha amenazado con revisar el rating de la deuda francesa ante la gran cantidad de deuda griega que se encuentra en manos de los bancos franceses, pero dentro de poco sucederá algo parecido con Alemania y el resto de los países, porque quién más quien menos tiene deuda del país heleno y se verá afectado por este tsunami, si finalmente se produce.
Y si se acaba produciendo los países de la zona Euro tendrán que responsabilizarse en gran medida, ya que han sido ellos con sus restricciones excesivas los que han provocado en gran medida esta situación, acudiendo al rescate de Grecia cuando lo necesitó, tarde pero a tiempo, pero imponiendo unas condiciones de devolución y unas políticas de austeridad inasumibles para cualquier Estado.
Porque de poco sirve que se acuda a ayudar a un país si luego se le exigen cosas que nadie puede cumplir, como es lo que ha sucedido con Grecia. La velocidad de ajuste fiscal que le han exigido ha terminado por hundir su economía, condenándola al bloqueo más absoluto y a la ausencia total de crecimiento, lo cuál ha redundado en un hundimiento de las finanzas públicas, precisamente lo que se trataba de evitar con esta medida de rescate.
Algunos analistas, sin embargo, son todavía optimistas al respecto del futuro de Grecia como país y de sus finanzas públicas, confiando en un golpe de mano en el último momento de los países de la zona Euro condonando la deuda de manera multilateral y facilitando así la recuperación de Grecia, o al menos el inicio de la misma.
Habrá que estar atentos estos próximos días, y no digo semanas, sino días, para poder saber hacia donde nos encaminamos con el país griego, sin perder de vista que todo lo que le suceda a Grecia nos afecta a todos al estar dentro de la Unión Europea, y más concretamente dentro de la zona Euro.
Ello determinará si tendremos un otoño tranquilo, vísperas de las elecciones generales, o si terminamos por hundirnos en nuestra propia inmundicia económica y las elecciones acaban emponzoñadas por esta situación, lo cuál daría una victoria aún más amplia al Partido Popular.