Cuando vemos todas las ideas para resolver crisis de deuda de Europa, no parece que estemos dando en el punto justo. Ahora, la Comisión Europea espera dar a conocer el detalle de tres opciones para la emisión de eurobonos.
Sin embargo, no se ilusione, porque los expertos aún no están convencidos sobre que alguna de ellas funcione, o incluso reúna el suficiente apoyo político para avanzar lo más posible hacia adelante.
La idea de los eurobonos ha estado dando vueltas durante meses, con poco apoyo de los países más fuertes de la eurozona, como Alemania.
El primer enfoque de la Comisión Europea es ofrecer convertir todas las emisiones de los gobiernos nacionales en bonos, incluyendo las actualmente en circulación, intercambiándolos por un eurobono común que esté respaldado por los 17 países de la eurozona.
Económicamente, esta es la opción más prometedora, pero los intereses políticos no están alineados en apoyo de esta propuesta.
Mientras se busca reducir los costos de endeudamiento para los endeudados países como Grecia, Italia, Portugal, Irlanda y España, donde los rendimientos están por las nubes, también hay que ver como aumentarían las tasas en Alemania y otros países con calificación AAA de Europa, donde las tasas son significativamente más bajas.
Por miedo a que el riesgo de crédito se extienda a toda la zona euro, países como Alemania, que cuentan con un nivel de deuda bruta de sólo 80% de toda su economía, van a estar aceptando la carga de la deuda de Grecia, que asciende a más de un 160% de su economía , e Italia, tiene un ratio de deuda-PIB del 120%.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha salido fuertemente en contra de la idea de un eurobono, incluso tildándolo como «absolutamente incorrecto» para desactivar la crisis de la deuda europea.
Sin el apoyo de Alemania, este enfoque óptimo para el eurobonos no pudo ser implementado.
Pero más allá de necesitar el apoyo de Alemania, también se requieren cambios en los tratados de la Unión Europea (UE). Estos cambios tendrían que ser ratificados por cada uno de los 27 Estados miembros, y ese proceso probablemente tardaría años, según los expertos.
El segundo enfoque de la Comisión Europea también requeriría un cambio en los tratados de la UE, por lo que es otra opción poco probable. En esta opción, los países de la eurozona pueden emitir eurobonos comunes hasta un cierto límite, como por ejemplo el 60% de su PIB anual. Más allá de ese nivel, los distintos gobiernos serían responsables de la emisión y del respaldo de sus propios bonos.
Debido a que este plan también requeriría que los países designen como responsable a Alemania para dirigir la parte fiscal, de una parte de la deuda de otros países, lo más probable es que se proclame con la misma resistencia que el plan de eurobonos puros.
Además, este tipo de estructura no se ocupa de los problemas estructurales de la deuda a largo plazo de Europa.
Finalmente, la tercera sugerencia de la Comisión Europea no hace frente a una pared de ladrillos política, porque ya no requiere cambios en los tratados de la UE. Este enfoque tendría países que ofrezcan algunas garantías sobre los bonos, pero no llevaría a combinar los pasivos o deshacerse de los bonos nacionales.
Este enfoque es muy similar a los bonos que están emitidos por la eurzona por 440 mil millones de euros bajo el Fondo de Estabilidad Financiera Europea. Es destacable que la solvencia del fondo con los bonos a 10 años se está deteriorando, ya que el diferencial de rendimiento se amplía rápidamente sobre los bonos alemanes. El mes pasado, la expansión fue de alrededor de 55 puntos básicos, y ahora, se encuentra a unos 200 puntos básicos.
En este sentido, los funcionarios europeos pueden seguir teorizando las opciones para evitar un empeoramiento de la crisis de la deuda y el contagio, pero los analistas observan que los inversionistas esperan con impaciencia una única solución: la intervención del Banco Central Europeo como prestamista de última instancia. Si no es esta salida, ¿sería el final del euro?