El abismo está a la vuelta de la esquina, y vemos como hoy los gobiernos de la Unión Europea (UE) se vieron forzados a pedir auxilio al Banco Central Europeo (BCE) y al FMI. Esto fue provocado por la falla en los mecanismos financieros previstos que no lograron frenar el contagio de la crisis de la deuda europea dado que también se mantienen y aumentan los indicadores terribles como el paro y la inflación.
En este sentido, estamos ingresando a una fase crítica en los próximos diez días. No hay vuelta atrás si no hay refuerzo en los frenos financieros que puedan reducir las turbulencias, y por ello, los países que adoptaron el euro admitieron que necesitan la ayuda del Fondo Monetario Internacional para enfrentar la crisis.
El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) es el principal cortafuegos de los europeos, pero lamentablemente, como era previsible desde hace tiempo, fue insuficiente para evitar el imparable contagio y calmar a los mercados, más que nada cuando cayó Italia en las manos del ajuste.
En este sentido, recordamos que, los países del euro tenían en su agenda multiplicar la capacidad de intervención del fondo de rescate hasta el billón de euros. Pero no fue posible. Sin embargo, otra salida está a la vista, y es la de dar una protección parcial de riesgos, que avale a partir de diciembre entre el 20% y el 30% de las eventuales pérdidas de la emisión de deuda de los países europeos en problemas, con el fin de alentar a los inversores a comprar deuda de las economías más amenazadas.
Así, poder multiplicar la potencia del FEEF para que dé líneas de créditos preventivas, intervenga en los mercados de deuda primario y secundario y financie, en caso de ser necesario, la recapitalización de la banca europea.
Pero el problema no tienen que ser los mercados, que en última instancia son unos pocos especuladores que dominan el mundo financiero, pero no es el soberano en cada país, y por eso deberíamos preocuparnos más por la inflación interanual de la zona euro que creció 3% este mes, o peor aún, el paro en la Unión Europea (UE) que subió una décima en octubre por segundo mes consecutivo, y se colocó en 9.8%. Entonces, en toda Europa hay 23.554 millones de personas que carecían de empleo en octubre, de los cuales 16 millones 294 millones se encontraban en la unión monetaria.
Tras el anuncio de estos datos lamentables, los rendimientos de los bonos españoles e italianos retomaron el miércoles su inexorable alza hasta niveles insostenibles, porque también los mercados evaluaron el fondo de rescate como inadecuado.
Y sin embargo, con la soga al cuello, seguimos pensando en darles de comer a los mercados financieros, que no olvidemos, tras dos años de crisis de deuda soberana de Europa están escapando del mercado de bonos de la zona euro, los bancos europeos están saliendo de la deuda soberana, los bancos del sur de Europa están perdiendo depósitos y acecha una recesión, generando dudas sobre la supervivencia del bloque. Y los parados no se van, ellos se quedan, ¿no deberíamos mirar hacia ese sector?
En mi pensamiento, es un camino hacia la estanflación, una palabra derivada del inglés, stagnation, la cual determina un momento en el que la economía se halla con una tasa alta de desempleo (estancamiento económico) y, a su vez, con inflación.
No obstante, para que esto ocurra, un país debería de poseer su Producto Interno Bruto (PIB) en decrecimiento a lo largo de dos trimestres consecutivos. Pero saliendo de esta formalidad, y necesitando un notable y constante incremento en los precios, ya no importa si son 2 trimestres, o 5 años de estancamiento, sino que la situación es cada vez peor, y más que nada en países como España, Italia y Grecia.
El problema que surge de este fenómeno económico, es cómo solucionarlo. Por un lado las políticas económicas expansionistas, que llevan a un crecimiento económico y del empleo, traen a su vez tasas inflacionarias considerables.
Por el otro, aquellas que se utilizan para detener un proceso inflacionario, consecuentemente, desaceleran el crecimiento económico, y llevan a aumentar la tasa de paro.
Pero bien, mientras unos pocos nos preocupamos por las personas, los grandes bancos centrales anunciaron el miércoles una acción coordinada para aliviar al sistema financiero ante la crisis. ¿Seguimos pensando que solamente el sistema financiero está en crisis?