Había una España que era ejemplo en la banca, ejemplo en su economía, ejemplo de cómo hacer las cosas, de pleno empleo y de crecimiento y su Estado de Bienestar. Hoy como si fuera la versión de un mundo paralelo que pinta casi postapocalíptico con tasas de paro bíblicas, con déficits inmanejables, con cierres de empresas o por lo menos, menos creación como si hubiera época de guerra con despidos masivos como en las peores épocas y con la luz al final de túnel cada vez más lejos.
Hoy todo depende de si Rajoy si o Rajoy no desea el rescate, de si el BCE decide extender su mano y compra ilimitadamente deuda pero a partir de que suceda el rescate y que cumpla con varias exigencias que puede ser duplicar los latigazos de los recortes, ajustes y despidos.
El futuro más próximo de España está atado a pedir el rescate o no y sus consecuencias y lo que venga con el paquete, para algunos puede ser una humillación pedir ayuda algo inimaginable hace unos años, para otros hasta posibilitaría que España vea relajar su prima de riesgo y obtener una mejor financiación a costos no tan altos, lo peor puede ser la moneda de cambio, es decir las condiciones………
El sistema bancario de España debió pasar las mil y unas y todavía falta algo más para el camino de retorno a la confianza y a poder ser lo que era, quizás este camino de derrotero sea la prueba que deba pasar para demostrar que sabe recuperarse y ser ejemplo dentro de unos años, solo por ver el vaso medio lleno.
España debe afrontar una serie de vencimientos por 29.000 millones en Octubre y otro monto en 2013, mientras que existe un volumen de emisiones en los Presupuestos del Estado por 270.000 millones de euros, esto le debería permitir cubrir los vencimientos. El gran impedimento es el déficit público que aunque se apriete el torniquete sigue la hemorragia y el futuro en el corto plazo no es el mejor si ni de mínimas llega a cumplirse.
Ya no cabe esa frase con la que se jactaban hasta hace poco más de 1 año algunos analistas y políticos diciendo que la economía española y España es demasiado grande para caer, a través de la historia hasta los más grandes imperios han caído e incluso Estados Unidos está destinado a caer en algún momento y España no es la excepción está cayendo y podrá volver a ponerse de pie con muchos más sacrificios que los hasta ahora. El demasiado grande para caer es una jactancia soberbia de los que creen que el Titanic no se hundiría y ya sabemos como acabó.
Si bien España no es Grecia, Portugal o Irlanda están en el mismo barco y el agua los moja por igual, no hay pasajeros de primera clase en este hundimiento o no debería haberlos todos deberían tener las mismas posibilidades, y si a Grecia se lo rescató 2 veces sin dudas que el futuro de España no pasa por soltarle la mano y ver cuanto cae, ya se dejó atrás la posibilidad de que por ser demasiado grande es irrescatable hoy ya se habla de cifras y de días ni siquiera meses.
Así el futuro de España es el presente no puede mirar más allá del horizonte si primero no pasa las horas críticas, solo así puede pensar en como aspirar a que en el largo plazo los jóvenes en paro puedan lograr volver a estudiar y tener empleo, hoy solo son medidas como para demostrar que algo se está haciendo.
España es ejemplo de la mala política y gestión, así como lo fue Argentina en su momento hoy desde este país en algunos momentos se ha mencionado la gestión de los últimos gobiernos españoles y hasta el candidato Mitt Romney expone como ejemplo de lo que no desea hacer en cuanto a gasto público, los mercados descreen aunque se cumpla con las exigencias no tanto por la no voluntad del Gobierno sino por los resultados de las mismas lo que termina en desconfianza y la disparada de los datos que acercan a España al rescate. Es que a este ritmo, alquién cree que el Gobierno pueda cumplir con el compromiso de reducir el déficit del 6,3% del PIB en 2012 y del 4,5% en 2013.
El futuro de España se ajusta a estas semanas a un potencial calendario para que España solicite el rescate,y a que Rajoy levante el teléfono rojo, tal vez estén comprando tiempo para ver si los datos se relajan y la presión por el rescate se retrotrae, el problema que el mismo reloj y calendario corre para todos los españoles.