La sociedad estará finalizada y dispuesta a principios de Diciembre, se llamará Sareb y la mayoría de su capital estará en manos privadas. Aunque como toda mayoría, dispone de una minoría que será la que corra a cargo del contribuyente. Pero vamos a indagar.
El «banco malo» durará quince años, es decir, en 2027,que es cuando se supone que llegaremos a un nivel de vida cercano al de 2007, y no mucho antes se podrá hablar de verdadera recuperación. Tendrá un capital que redondeará los 90.000 millones de euros, pero hay que recalcar que más del 50% de sus acciones estarán bajo el caparazón de inversores privados. Según estipula el Gobierno y Bruselas, tendrá abierta la vía de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), es decir, que podrá coger parte de los 100.000 millones del rescate financiero. ¿El avalista?, el Estado español, claramente.
SAREB va a colocacarse activos tóxicosde las entidades financieras con un valor superior a 100.000 euros, seguido de los créditos inmobiliarios y de construcción superiores a 250.000 euros. Teniendo en cuenta el descuento al que se transfieran los activos al banco malo, la sociedad podría tener entre 85.000 y 90.000 millones en activos, aunque Economía prevé que el importe final sea inferior a esta cantidad.
En sí, es una Sociedad de Gestión de Activos con la que el Gobierno quiere terminar el saneamiento de una vez por todas del sector financiero. Es decir, no es ningún tipo de banco aunque por su léxico sea así llamado. Sus principales accionistas serán FROB e inversores institucionales gubernamentales.
El quid de la cuestión es el precio que propondrá el banco malo por los activos tóxicos. Si paga mucho, sería complicado sacar beneficios en la reventa, pero ayudaría a mejorar la solvencia de los demás bancos… Si paga poco, se distorsionaría la balanza negativa financiera dando paso al verdadero agujero.
Si los balances de las entidades quedan definitivamente saneados con sus consecuentes pérdidas, lo lógico sería que comenzara a recuperarse poco a poco el crédito. Pero de la lógica a la realidad hay 3 lustros en este país. El objetivo de la SAREB es la venta de los activos en su poder, por lo que puede preverse que su constitución anime a recuperar el mercado inmobiliario y a rebajar algo más los precios del sector, con el consiguiente impulso a la compra.
Asimismo, no se espera que sea rentable hasta finales de 2020. Que será una fecha en la que la deuda ya no será el principal problema si no el estancamiento de los últimos 10 años del crecimiento interno.