El Tax Justice Network (TJN) es una red red internacional con sede en Reino Unido que persigue la justicia tributaria y que ha desarrollado una metodología nueva para realizar los cálculos sobre la incidencia de la fuga de capitales y la existencia de paraísos fiscales.
Esta nueva metodología aporta nuevos parámetros que le otorgan una mayor veracidad que lo métodos que han venido utilizando tradicionalmente las instituciones financieras internacionales. Esto hace que su posicionamiento antes estas instituciones sea muy crítico acusándolas de haber prestado muy poca atención a este «agujero negro de la economía global».
Un problema de grandes dimensiones
Este último estudio, publicado hace apenas unas semanas, revela que la gravedad de la situación alcanza cotas mucho mayores de las estimadas hasta ahora. Este estudio confirma, además, que la fuga de capitales constituye uno de los problemas económicos más graves a los que tienen que hacer frente los países en desarrollo contribuyendo a agudizar el problema de la pobreza.
El estudio estima que en 2010 el importe total de fondos de riqueza privada que se encontraba invertido en paraísos fiscales ascendía a una cifra comprendida entre los 21 y los 32 billones de dólares. Una cifra que el estudio considera conservadora. Del total de esta cifra, alrededor de un tercio tendría su origen de procedencia en 139 países de bajos o medianos ingresos. Más aún, el el 61% de esta cifra provendría de tan solo diez países, entre los que se incluyen Brasil, Mexico, Venezuela y Argentina.
Países deudores que no lo son
Uno de los datos que revela el informe es realmente escalofriante, al señalar que la mayoría de estos países considerados deudores en realidad no lo serían si todos estos recursos no hubiesen sido sustraídos de su sistema financiero. El informe señala cómo la deuda externa bruta agregada de estos 139 países era de 4,08 billones de dólares en el año 2010. Al restar las reservas en el exterior de estos países se observa que su deuda externa neta agregada sería de unos 2,8 billones de dólares. Si a esta cifra se le suman los recursos desviados a paraísos fiscales llegaríamos a la conclusión de que estos países aparentemente deudores no lo son, ya que arrojarían una cifra positiva de entre 10 y 13 billones de dólares.
Asimismo, se produce una pérdida aún mayor para estos países en desarrollo al tener en cuenta que la mayoría de acuerdos de inversión extranjera van acompañados de acuerdos de doble imposición. Generalmente, estos acuerdos tienen en cuenta que los inversionistas extranjeros puedan tributar en su país de origen y no en el país que les provee de los recursos necesarios (mano de obra, servicios, etc…) para realizar su negocio. Gracias a esto, estas empresas terminar por no pagar en ninguno de los dos países, lo que da lugar a una doble evasión que propicia que dichas rentas no tributadas terminen en paraísos fiscales.