Según datos del Banco de España, las entidades financieras han prestado 1,075 billones de euros a la construcción, la promoción y los créditos hipotecarios, lo que supone el 61% del total de la cartera.
Lo interesante de estas cifras millonarias es que entre promoción, construcción y crédito hipotecario, las entidades financieras concentran 6.125 millones de créditos morosos, que son los que se han retrasado en el pago más de un mes.
Lo significativo es que el 70% de estos créditos malos están en los balances de las cajas. El fuerte crecimiento de las entidades de ahorro en el ladrillo en los últimos años ha provocado esta situación.
El motivo de semejantes porcentajes se basa en que las cajas han basado la expansión de su red de oficinas en las hipotecas, siguiendo a constructores y promotores por toda España.
En cambio, los bancos trabajan más con industrias como la energía, la distribución y alimentación.
La industria de la construcción, los motores del crecimiento español del crédito y de la economía con un aumento medio del 21,5% entre 2003 y 2007, ahora está en problemas.
Estos problemas se traducen en morosidad, que después de estar en mínimos históricos están experimentando una escalada, también histórica.
El ratio de morosidad de bancos y cajas está en el 1%, uno de los más bajos de Europa y, por supuesto, mucho menor que en EE UU. En 2007, los impagados crecieron un 50% y ya suponen 16.235 millones.