El MEDE, o Mecanismo Europeo para la Estabilidad, ya ha transferido a España el primer tramo de 39.500 millones de euros para proceder al rescate bancario. Estos 39.500 millones de euros tienen como objetivo la recapitalización de las entidades ya nacionalizadas y peor gestionadas del panorama financiero español: Bankia, NovaGalicia Banco, Catalunya Caixa y Banco de Valencia.
Según han confirmado fuentes de la Eurozona, esta lluvia de millones ya ha sido desembolsada directamente al FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria). Esto quiere decir, que los 39.500 millones de euros llegarán a las arcas de los bancos antes mencionados en aproximadamente un mes.
Instrumento de deuda canjeables por efectivo
La transferencia de los 39.500 millones de euros ha sido realizada a través de cinco series de instrumento de deuda canjeables por efectivo a su vencimiento. Concretamente, a este fin el MEDE emitió 2.500 millones de euros en letras a dos meses, emitió otros 6.468 millones de euros en letras a 10 meses, 6.500 millones de euros en letras a 18 meses, y emitió otros 24.000 millones de euros repartidos en dos series de letras emitidas con vencimientos a dos y tres años.
Cuantía y condiciones de la asistencia financiera
Esta asistencia financiera tiene lugar en forma de préstamos con un vencimiento medio de doce años y medio. El tipo de interés de estos préstamos se sitúa en el 1%, si bien durante un período inicial el tipo de interés a aplicar no será superior al 0,5%.
De los 39.500 millones de euros en que consiste la ayuda, BFA-Bankia recibirá una inyección de 17.960 millones de euros; Catalunya Caixa, 9.080 millones; Novagalicia Banco, 5.425 millones, y Banco de Valencia, 4.500 millones. Los 2.500 millones de euros restantes se destinarán a la sociedad de gestión a la que las entidades deben transmitir sus activos inmobiliarios (Sareb), más conocido popularmente como el Banco malo.
Bruxelas exige la reducción de su tamaño
La Comisión Europea ha exigido, como contrapartida a estas ayudas, una reducción en el tamaño de estas entidades del 60% a realizar hasta el año 2017. De esta forma, estas entidades deberán centrar el núcleo de su actividad en orientarse especialmente hacia un modelo empresarial de préstamos al por menor y de préstamos a pequeñas y medianas empresas, centrándose sobre todo en sus propios territorios.
Otras de las condiciones expuestas por Bruxelas es, también, la exigencia de que estas entidades rescatadas abandonen su actividad de concesión de líneas de crédito a favor de grandes o pequeñas promociones inmobiliarias, limitando de forma importante su presencia en ese tipo de mercado.