Tras el fiasco de la operación entre Gas Natural y Endesa para formar el llamado ‘campeón nacional’ del sector energético, las grandes compañías españolas vuelven a probar fortuna, aunque esta vez un protagonista diferente. Así, Gas Natural repite dentro de la ecuación aunque esta vez con Iberdrola como posible socio.
Las conversaciones están relativamente avanzadas, aunque ya se han producido los primeros problemas debido al reparto de poder. Y es que nadie quiere perder su ascendencia en la nueva compañía. En concreto está siendo el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, quien mayores impedimentos está poniendo. Según informa El Economista el mandatario se resiste a que La Caixa y Repsol puedan nombrar a un consejero delegado, así como a que la nueva sede se sitúe en Barcelona y a que la representación en el consejo de administración sea paritaria.
Las exigencias del presidente de Iberdrola pasan por mantener su cargo tras la posible fusión y a Bilbao como centro de operaciones y sede. Lo que en cualquier caso no fusta a Galán es el sistema que quiere imponer La Caixa, que se haría con un 12% adicional en Iberdrola vía ACS. Este sería parecido al que mantiene en Repsol (La Caixa nombra al presidente y la petrolera al consejero delegado, en tanto que su consejo de administración es paritario). Además, desde Gas Natural quieren que Barcelona tenga por lo menos una sede operativa y que en cualquier caso no pierda su poder.
De producirse finalmente la fusión, el Gobierno también podría limitar al 5% la participación de la francesa EDF en la nueva compañía, una de las prioridades de Galán cuando diseñó la operación.