¿Globo sonda? ¿Promesa real? Gran Bretaña va por libre, y no hay duda de que uno de los grandes temores de la Unión Europea es que también quiera seguir siéndolo en cuanto a su pertenencia a la misma, o que creen incertidumbre al respecto con declaraciones públicas.
Y es que los pasos que el país inglés da hacia la integración son más bien pequeños o más bien como los de la Conga: «un pasito palante; María, un pasito patrás». Especialmente después de que el primer ministro británico, David Cameron, manifestará su intención de celebrar después de las elecciones de 2015, un referéndum para determinar la pertenencia de Reino Unido a la UE. Declaración no muy bien acogida por sus homólogos europeos y más en medio de la crisis de la deuda que azota a la Eurozona.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha salido rápidamente a explicar las palabras del primer ministro inglés afirmando que Gran Bretaña quiere seguir siendo parte de la Unión Europea. Y es que las declaraciones del dirigente conservador vienen en un momento en el que la crisis está debilitando la integración de la Unión Europea y en el que el discurso de la unidad, aunque esta no sea del todo cierta, deba mantenerse en todo momento, y sobre todo, ante los mercados.
¿Por qué convocar un referéndum?
David Cameron anunció que el referéndum sería de «dentro» o «fuera», y pasaría necesariamente por una revisión de los términos de su adhesión a la Unión, y todo ello propiciado por el desencanto cada vez mayor de la población británica hacia la misma.
Reino Unido nunca ha dado su apoyo incondicional, pero parece ser que es ahora cuando más diferentes culturalmente y econonómicamente se sienten respecto a Bruselas, y exigen una mayor independencia. No utilizan el euro y su intención de operar sus propios mercados financieros y designios económicos parecen ser los primeros pasos hacia la determinación de esa permanencia que determinaría el referéndum de dentro o fuera del que habla el primer ministro inglés.
Consecuencias de la salida
Las consecuencias se darían en ambos bandos, pues si bien es cierto que Gran Bretaña se ha visto favorecida por la integración y beneficiado de los fondos comunitarios , también ha hecho contribuciones importantes a la misma, especialmente respecto al mercado único.
Sin embargo, las declaraciones de David Cameron sí ponen en dificultades a la Unión Europea en este momento, por el contexto en el que la misma se encuentra, afectada por una profunda crisis de deuda, así como de confianza hacia la misma de los mercados internacionales, marcada especialmente por la incertidumbre que mantienen países periféricos como Grecia, España, Portugal e Italia.
De ahí que la canciller alemana, Angela Merkel, desde Santiago de Chile y con motivo de su encuentro en el Foro económico de Davos, anunciará que Gran Bretaña quiere seguir siendo parte de la Unión Europea, aunque eso sí, modificando algunos puntos de la adhesión.
Lo que está claro es que serán las negociaciones de los presupuestos de la Unión Europea, las que marcarán la senda que estas declaraciones haya generado, así como sí Reino Unido está dispuesto a seguir manteniendo el liderazgo alemán de los últimos años.
El Reino Unido pertenece a la Unión Europea desde hace 40 años y ha mostrado un escepticismo europeo que le ha permitido ser visto como modelo de estabilidad en momentos de crisis en la eurozona, pero los recortes que se ha visto obligado a acometer en los dos últimos años, su creciente déficit, así como los disturbios y revueltas ciudadanas parecen dejarlo en entredicho, aunque de momento es más sencillo cargar contra la crisis que azota a Europa.
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