Ya llevamos 5 años de crisis y los gobiernos de los países desarrollados han ido endeudándose más y más hasta llegar a máximos históricos. Los elevados déficit públicos han ido ahogando las finanzas públicas de muchos países hasta llegar al punto en el que algunos han tenido que ser rescatados, y otros, por no ser rescatables, tienen deudas astronómicas. ¿Dónde está el límite?
Saber donde está el límite y no cruzarlo es vital en todos los ámbitos de la vida. Aun así, nunca es fácil verlo, y muchísimas veces nos damos cuenta de que lo hemos cruzado cuando ya es demasiado tarde. Además, aunque intentemos prever donde puede estar la linea roja, o alguien nos aconseje sobre ello, no aprendemos hasta que experimentamos por nosotros mismos. Y precisamente esto mismo es lo que está pasando en la gran mayoría de los países desarrollados con el tema de la deuda.
Los gobiernos se han acostumbrado a tener déficit presupuestario todos los años, lo cual significa que, como gastan más de lo que ingresan, necesitan pedir prestado para poder cubrir el total del gasto público. En principio, los gobiernos intentan recortar lo mínimo, ya que si el gasto público se reduce dramáticamente en esta época en la que carecemos de estímulos económicos, la crisis económica puede acentuarse mucho e inmediatamente. Por eso, para cubrir el total del gasto, los gobiernos se ven obligados a pedir prestado, lo que hace que la deuda pública vaya creciendo.
Como todavía no se han testado todos los límites en este ámbito de la deuda, no sabemos donde está el abismo. De todas formas, no es demasiado acertado tener una deuda superior al 100% del PIB, ya que eso significaría que ni vendiendo todos los activos del país se conseguiría cubrir la deuda. Precisamente, si la deuda pública supera el 100% del PIB, se da el mismo caso que en el de los desahucios: que aunque el banco se quede la casa, como el valor actual de la casa es menor al precio de la hipoteca, el desahuciado a parte de quedarse sin casa, se queda con deuda; una situación insostenible en si misma.
Una vez hecha la anterior reflexión viene el momento de ojear los datos de deuda pública de algunos países; que son bastante preocupantes. Por ejemplo, España, que empezó la crisis con un nivel de deuda pública del 42%, espera superar el 100% en 2014 . Países como Italia y Portugal tienen un 126% y un 119% de deuda respectivamente, Grecia un 161%, Bélgica un 100% y Singapur un 111%. Pero el que se lleva el premio a la mayor deuda es Japón con su deuda del 214% del PIB, y que espera cerrar el año alcanzando el 240%. Una deuda tan abultada parece imposible de pagar, pero la realidad es que todos los países anteriormente mencionados siguen en funcionamiento. Veremos que pasa en el futuro.