El origen del Día de los Trabajadores

Para entender la actual celebración del Primero de Mayo debemos retroceder hasta mediados el siglo XIX, una época en la que las condiciones laborales eran terribles, con jornadas de doce horas, sin derechos laborales y, por lo general, condiciones pésimas para trabajar.

En un país como Estados Unidos, que en aquel momento despegaba como gigante industrial, aquellas condiciones no eran en absoluto mejores, y, una masa de trabajadores entre los que no se distinguían cuestiones como la edad (se prodigaba el trabajo infantil en condiciones espantosas) sufren este modelo de trabajo directamente surgido de la Revolución Industrial. Es en este contexto cuando comienzan a proliferar como respuesta a estas condiciones huelgas y manifestaciones en busca de la llegada de derechos dignos y condiciones de trabajo adecuadas.

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Es  en 1884, en el marco de su cuarto congreso, cuando la Federación Americana del Trabajo, propone la fecha del 1 de Mayo de 1886 como límite para la aplicación de la jornada laboral de 8 horas, objetivo que, de no conseguirse, motivaría automáticamente la convocatoria de una huelga general.

A pesar de la vigencia de la llamada Ley Ingersoll, que de hecho promovía la jornada de 8 horas, las clausulas que permitían las modificaciones a la ley proliferaron en los diferentes  Estados del país, con lo que de hecho, en un sistema aceptado de 8 horas laborales diarias, existían clausulas (utilizadas) que potenciaban las 12 o 14 horas diarias.

Cumplida la fecha límite el 1 de Mayo de 1886, decenas de miles de trabajadores salen a la calle en huelga, en algunos casos la simple amenaza del paro logra la aceptación de las reivindicaciones, sin embargo, en Chicago, una de las ciudades donde peores condiciones laborales se dan, la huelga continua los días 2 y 3 y deriva en choques en los que la policía reprime a los obreros causando varios muertos, pero, también, en la muerte de un policía en una explosión.

Este hecho es el detonante de la detención de los considerados responsables de conspiración y asesinato, entre los que destacan 8 anarquistas reconocidos y líderes de los diferentes movimientos obreros.

Las condenas, que pretenden ser ejemplarizantes acaban con cinco condenados a muerte y tres condenados a prisión con diferentes condenas de entre cadena perpetua a 15 años de trabajos forzados.

Será en el marco del primer congreso de la Segunda Internacional de los Trabajadores, realizado en Paris en 1898 conmemorando la revolución francesa, cuando se proponga, en homenaje y recuerdo a los hechos antes citados,incorporar el primero de mayo como día de reivindicación y demanda de la mejora de las condiciones laborales y la jornada de 8 horas.

Es desde 1890 cuando la celebración comienza, ya de manera ininterrumpida, a extenderse a nivel internacional, sumándose a cada año mayor número de países y evolucionando a una jornada de reivindicaciones amplias ante los gobiernos y las patronales, sin abandonar el carácter de fiesta obrera universal.