Existe una imagen un tanto distorsionada que asocia delitos como los robos en casas a viviendas de alto nivel y familias de altos ingresos. Y aunque es cierto que todos los perfiles económicos son susceptibles de poder ser víctimas de un robo en su vivienda, el perfil de ingresos altos no es precisamente el que más robos sufre de media.
En este sentido hay que desmontar más de una falsa imagen creada alrededor de los robos en viviendas y que, desafortunadamente, quienes los han sufrido pueden corroborar. La primera de ellas es obvia; los ladrones buscan generalmente los objetivos más sencillos y estos son aquellos que cuentan con menores medidas de seguridad y mayor facilidad para el delito.
Unos más que otros
Por tanto esa falsa sensación de tranquilidad traducida en la frase yo no tengo nada para robar hoy por hoy no sirve de nada y mucho menos de protección ante los asaltos a viviendas. Cabría imaginar sin atenernos a lo anterior que los perfiles económicos de más ingresos son los que más delitos de este tipo sufren, y sin embargo, como suele ocurrir la realidad es tozuda y son precisamente los perfiles de menos ingresos los que más robos en viviendas sufren.
A falta de datos más específicos en nuestro país podemos perfectamente tirar de estadísticas en otros países lo que, en cualquier caso, nos marca una media de la realidad. Si tomamos como ejemplo Estados Unidos podemos encontrar que las rentas más bajas (las que van hasta los 15.000 dolares anuales) multiplican prácticamente por cuatro el volumen de robos con respecto a las rentas más altas (a partir de 75.000 dolares anuales). Realmente esto es aplicable a todos los delitos, es decir, las rentas bajas sufren más delitos, sin embargo la proporcionalidad en los que a robos en vivienda se refiere se distancia mucho más que en cualquier otro tipo de delito.
Podríamos pensar que este hecho viene dado por la diferencia de volumen entre uno y otro perfil, pero esto se desmonta cuando vemos que los dos tramos intermedios de rentas mantienen la progresión, las rentas medias/bajas duplican a las medias/altas que a su vez duplican a las altas en lo que a sufrir robos en sus viviendas se refiere.
Qué podemos hacer
No hay un libro maestro que evite el robo en nuestras viviendas, sin embargo existen medidas de precaución a tener en cuenta sobre todo en periodos largos en los que las viviendas quedan vacías como por ejemplo las vacaciones.
En el apartado de precauciones todos los años por estas fechas se nos recuerdan cosas básicas en general dirigidas a que la vivienda no de la apariencia de cerrada; que alguien nos recoja el correo, que nos levanten las persianas, comunicar solo al entorno muy directo nuestra ausencia…entre muchas otras.
En el plano de la seguridad puertas y ventanas deben, lógicamente, el objeto del refuerzo. Hoy en día existen productos cada vez más asequibles en este sentido incluyendo sistemas de alarma.
Un problema que crece
Y desde luego es para tomárselo en serio. Desde el inicio de la crisis los robos en viviendas se han multiplicado de manera espectacular. Más de un 70% desde 2007, acrecentándose este aumento de manera notable en los últimos 3 años; en 2012 se dieron un 25% más robos en viviendas que en 2011 registrándose hasta 126.000 viviendas asaltadas durante ese año, cifra que volvió a crecer el pasado año 2013 donde nuestro país sufrió una media superior a los 350 asaltos a viviendas diarios…