Las tarjetas de crédito se han convertido en un producto prácticamente imprescindible dentro de la economía doméstica. Usamos el dinero de plástico prácticamente para todo, por lo que realmente debiéramos conocer bastante bien sus características principales, pero esto no siempre es así. De hecho, la gran mayoría de usuarios desconoce por ejemplo cuáles son los seguros asociados o cómo puede potenciar el ahorro con su tarjeta de crédito entre otras cuestiones
Las tarjetas de crédito se han convertido en un producto prácticamente imprescindible dentro de la economía doméstica. Usamos el dinero de plástico prácticamente para todo por lo que realmente debiéramos conocer bastante bien sus características principales pero esto no siempre es así. De hecho la gran mayoría de usuarios desconoce por ejemplo cuáles son los seguros asociados o cómo puede potenciar el ahorro en su tarjeta de crédito entre otras cuestiones.
La respuesta por supuesto a la pregunta sobre si se puede o no mejorar el uso y potenciar el ahorro de nuestras tarjetas de crédito es positiva. De hecho simplemente con llevar a cabo una serie de revisiones sobre las condiciones de nuestro producto podríamos probablemente mejorar en mucho las prestaciones que nos ofrece.
El uso racional de las tarjetas
Antes de entrar en detalles concretos que pueden permitirnos ahorrar con las tarjetas de crédito, debemos hacer especial hincapié en la necesidad de revisar nuestro modelo de uso de las tarjetas. En general este modelo ha mejorado mucho en los últimos años simplemente por necesidad, ya que, el uso irracional del crédito de plástico dado en los años previos a la crisis era del todo insostenible.
Un uso racional de las tarjetas pasa, además de por la revisión que veremos más delante de distintas cuestiones, por una planificación del empleo del producto, incluso potenciando cuestiones como el equilibrio entre el uso de las tarjetas y el uso del metálico, y entendiendo que dentro de las diferentes modalidades de crédito disponibles ésta sea probablemente la más cara a corto plazo.
¿Qué tengo que revisar para optimizar mi tarjeta?
- Costes: El primer concepto a revisar por supuesto son de los costes, aquí debemos tener en cuenta tanto los costes que la tarjeta presentar su contratación como los costes de mantenimiento anuales. Hay muchas tarjetas que nos prometen coste gratuito pero éste se reduce al primer año. Por ello es importante encontrar tarjetas gratuitas tanto en el mantenimiento de por vida como en la propia contratación.
- Revisar el interés: No solemos fijarnos en los intereses, antes valoramos otras cuestiones en las tarjetas como el límite de crédito, la flexibilidad en la amortización, etc., sin embargo si dedicáramos un tiempo a una comparativa entre tarjetas veríamos que la diferencia de aplicación de intereses puede ser de hasta el 50% entre unos productos y otros; no hay que añadir nada más, obviamente hay que buscar la tarjeta con menor interés aplicado.
- Descuentos útiles: Hoy en día prácticamente todas las tarjetas de uso extendido vienen a ofrecer algún tipo de descuento. Son ganchos interesantes sin duda, pero no todas las tarjetas de crédito con descuento nos pueden ser igual de útiles. Debemos buscar aquellas ofertas que realmente vayamos a aprovechar y rentabilizar y ceñirnos a ellas por muy atractivas que sean otras ofertas a las que vamos a dar mucho menos uso; a la larga la diferencia de ahorro entre unas y otras es notable.
- Plazos de amortización breves: Cuando hablábamos de racionalizar el uso de las tarjetas nos referíamos por ejemplo cuestiones como ésta. Por mucha flexibilidad en el plazo de amortización que nuestra tarjeta ofrezca a mayor tiempo mayor aplicación de intereses. Debemos buscar siempre amortizaciones cortas y para ello por tanto debemos usar el crédito sólo lo necesario y en las cantidades necesarias.
- ¿Hay tarjetas sin intereses?: No exactamente, pero, si existen muchos productos que nos ofrecen períodos de tiempo sin aplicación de intereses. Esto puede ser muy interesante por ejemplo para el adelanto de determinados pagos, eso sí, a corto plazo. Habitualmente los plazos de períodos sin interés son cortos. Existen otras tarjetas exclusivamente de pago aplazado en las cuales estos periodos de tiempo podrían extenderse hasta seis meses, sin embargo no son útiles para otro tipo de funciones más allá del pago de una compra.
- Menos es más: Se acabaron los tiempos de llevar tarjetas y más tarjetas en la cartera. En la medida de lo posible con una tarjeta de crédito, una de débito y una de descuento debiera ser más que suficiente si estas tres tarjetas reúnen características comunes a lo que hasta ahora hemos visto.