La crisis no ha golpeado a todos por igual. Hay perfiles que la han sufrido más que otros, y, existen muchos que no sólo la están sufriendo de manera notable, sino que además arrastrarán a futuro sus consecuencias. Los denominados millennial o Generación Y están entre estos últimos.
El asunto resulta especialmente grave si tenemos en cuenta, como veremos continuación, que la gran mayoría de analistas coinciden en que deberán pasar no menos de 15 años para recuperar un modelo de trayectoria laboral adecuado para aquellos millenials que lo han visto interrumpido por la crisis.
¿Quién son los millenials?
Se viene a considerar generación millenial aquellas personas nacidas en las dos últimas décadas del pasado siglo (de ahí el nombre) y según diversas encuestas sociológicas realizadas en ámbitos muy distintos, salvando las diferencias socioeconómicas, reúnen una serie de características comunes.
Se trata de una generación a la que se considera nativa de las nuevas tecnologías, con un nivel formativo alto comparativamente con las generaciones anteriores, y manifiestan un nivel de desconexión con cuestiones como la política o la religión que supera a cualquiera de las anteriores generaciones del pasado siglo.
En general en la mayoría de los estudios se destaca, además de lo anterior, una generación excesivamente cómoda, crecida al calor de las circunstancias económicas favorables.
¿Afecta más la crisis a los millennials?
La respuesta es sí. Existen muchas razones que pueden justificar dicha respuesta, podríamos por ejemplo aducir la escasa capacidad de adaptación de una generación acostumbrada a crecer en un entorno familiar medio cómodo, insertado en una época de bonanza económica y roto a partir del inicio de la crisis, algo es muy visible desde luego.
Pero si hay un campo que nos puede permitir entender el motivo por el que la crisis afecta más a la Generación Y que a otras es el del trabajo.
Al cierre del primer trimestre del presente año la tasa de desempleo juvenil (hasta 25 años) en nuestro país se situaba en el 55,48%, buena parte de estos desempleados además forman a su vez parte del grupo de parados de larga duración que se corresponde prácticamente con la mitad de los 5.9 millones de desempleados en nuestro país.
Pero más aún, ya que, dentro del siguiente tramo de edad, los jóvenes de entre 25 y 30 años se encuentran también entre los que mayor tasa de desempleo presentan.
Por lo tanto tenemos ya de entrada un panorama en el que los jóvenes de hasta 30 años presentan unas dificultades de acceso al mercado laboral complejas y más acentuadas que otros grupos de edad.
Los millenials y el empleo
Sobre el papel, visto lo anterior, no sólo estamos ante un problema desde el punto de vista de la escasez de demanda de estos perfiles, más aún, el proceso que ha sumergido en el paro de larga duración a buena parte de la Generación Y se retroalimenta en un círculo vicioso en el que las personas con experiencia laboral manejan no sólo la ventaja de dicha experiencia sino también mayor volumen de redes de contacto y posibilidades de acceso empleo.
Todo lo anterior, encadenado, genera que el trabajo al que los jóvenes pueden acceder de media está muy por debajo de su nivel formativo, mucho peor retribuido de lo que proporcionalmente en un desarrollo laboral normal debiera ser, y sin ninguna o escasa proyección de futuro.
Realmente estamos asistiendo a un período en el que se cercena el desarrollo normal de las carreras profesionales. Aquel camino que implicaba un progreso paulatino desde el fin de los estudios, progreso que incluía mejoras laborales y salariales de manera relativamente constante, ya no existe. La gran mayoría de trabajos a los que esta generación puede acudir hoy en día son trabajos de subsistencia que en absoluto permiten trazar los modelos de desarrollo laboral anteriores a la crisis y lo que es peor, de momento con pocas posibilidades de mejora.
¿No hay salida?
Existen sectores que están desarrollando más que los demás una cierta vuelta a la normalidad en la contratación y el desarrollo de las carreras profesionales, si bien en nuestro país todavía es incipiente, a nivel internacional los trabajos relacionados con las tecnologías, las matemáticas, la ingeniería, la ciencia, son un buen camino que muestra teóricamente hacia dónde se dirige el futuro, sin embargo, no debemos obviar el hecho de que se trata sólo de una pequeña parcela de los mercados laborales.
En general se viene a considerar que el daño que a fecha de hoy ha causado la crisis en el desarrollo de las carreras profesionales de los millennials les costará a éstos como poco entre 10 y 15 años antes de ser reparado, es decir, una perdida realmente grande.