Hay quien lo asocia a una lógica de mercado de la que no se escapa por supuesto el tráfico de drogas, hay quien ve conexiones directas con la situación por la que atraviesa Afganistán, e incluso hay quien habla de un nuevo cambio en el consumo internacional de drogas, sea como sea lo cierto es que el consumo de heroína, que se había estancado de manera clara, está creciendo de una forma que hace pensar en que se trata de algo más que un fenómeno pasajero.
La cuestión cobra realmente relevancia si, por ejemplo, nos acercamos a los datos de consumo en Estados Unidos. Aunque es cierto que la tendencia en EEUU no siempre marca la tendencia internacional, ya que en el caso del consumo de estupefacientes existen también consumos locales no exportados en relación a determinadas sustancias, si se considera en cierto modo de esta manera para las sustancias más extendidas como en este caso la heroína o la cocaína.
Crecimiento anómalo
El crecimiento del consumo en Estados Unidos de heroína no se considera en absoluto una tendencia normal dentro de los movimientos habituales del consumo de estupefacientes. El estancamiento a comienzos del presente siglo de la heroína parecía destinar el consumo de esta droga a una banda de usuario cada vez menor dentro de los adictos, algo que también se extrapolaba realmente a Europa, donde la caída del consumo de heroína ha sido más que notable en los últimos 10 años.
La masificación del consumo de cocaína y la aparición de nuevas sustancias sintéticas, parecían condenar a la que además pasa por ser una de las drogas más destructivas y adictivas, en las que el proceso de admisión es mucho más palpable y evidente que en otras (lo que no resta ni un ápice de peligro a ninguna).
Como decíamos los datos no mienten, en el gráfico siguiente podemos observar la evolución de las muertes relacionadas de manera directa con la heroína en la ciudad de Nueva York:
El pasado año 2013 como vemos sufría el mayor número de muertes relacionadas con el consumo de heroína de los últimos 10 años. En este caso el asunto adquiere tal notoriedad que recientemente el propio Washington Post recogía Un editorial en el que mostraba su preocupación por un asunto que ya estaba adquiriendo de nuevo un carácter a nivel al menos de los momentos duros de finales del pasado siglo, ya que, con estos datos en la mano el 50% de los fallecimientos por sobredosis en la ciudad se corresponden directamente al consumo de heroína, lo cual da sin duda en alguna medida nota de la importancia del asunto.
¿Por qué crece el consumo?
La teoría del coste es una de las más aplicadas, sin embargo, se queda coja, ya que no parece ser capaz de explicar este aumento. La cuestión es simple, a pesar de que efectivamente el modelo de consumo de heroína abarata su coste relativo para el adicto en relación a otras drogas como la cocaína, la evolución de los precios en los últimos 10 años no ha sido prácticamente relevante, es decir, no hay una disminución masiva de precio aunque, prescripción de este efectivamente, si se da una reducción en los últimos años, coincidente con el aumento de la producción de opiáceos.
Si aplicáramos la evolución de los precios al caso de nuestro país, podemos ver efectivamente en el siguiente cuadro como éstos no se ha movido realmente mucho en el caso de la heroína aunque, lo ha hecho a la baja en cualquier caso.
En lo que sin embargo sí parece que encontramos una relación directa más evidente, es en el espectacular crecimiento del cultivo del opio. Si comparamos los datos de crecimiento de este cultivo durante el periodo de ocupación estadounidense de Afganistán, podemos comprender cómo una parte importante de la opinión pública norteamericana tiende a pensar que existe una relación directa entre este periodo de ocupación y el aumento notable de la introducción de heroína en el país y su distribución internacional, los datos son relevantes desde luego:
¿Hay una relación directa entre el conflicto que sufre Afganistán y el aumento del consumo de heroína internacional? Lo cierto es que parece evidente que así es, debemos tener en cuenta que Afganistán es uno de los mayores productores internacionales de Opio sustancia base sobre la que se trabaja la fabricación de la heroína y, uno de los puntos de referencia de ingresos ilegales que se obtienen en este país, donde, las peleas por el control de los campos de adormidera, aunque parecen elementos laterales al conflicto, cobran realmente una importancia más que notable.
