La crisis no deja de acercarse cada vez más a la economía española. La más que posible ralentización del consumo comienza a preocupar a los empresarios españoles, que prevén un año complicado. La CEOE ya ha hecho números y para que las cuentas de las empresas españolas cuadren será necesario controlar el gasto. Desde la patronal han pedido al Gobierno que retrase dos años la subida del salario mínimo interprofesional prometida durante las elecciones y el discurso de investidura de Zapatero. El Banco de España también comparte la postura de la moderación salarial como fórmula para no perder competitividad frente a otras economías.
Sin embargo, desde el Ejecutivo parecen dispuestos a cumplir con el compromiso adquirido y elevar el salario mínimo interprofesional de 600 a 800 euros mensuales. De hecho, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha asegurado que su postura «está mas cerca de los sindicatos que de la CEOE» ya que no le parece aceptable pedir a una persona que gana 600 euros al mes que acepte congelar su sueldo. Por ejemplo desde UGT, Cándido Méndez considera que la subida «es de justicia y aporta beneficio al funcionamiento de la economía en esta coyuntura» e incluso piden un aumento generalizado de los salarios para hacer frente a una inflación debocada que está mermando el poder adquisitivo de los españoles.
En un principio parece difícil que Gobierno, sindicatos y empresarios vayan a ponerse de acuerdo a corto plazo. De momento, para 2008 se aplicarán las recomendaciones de moderación salarial establecidas por el Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva (ACN). Así, las subidas salariales se establecerán en función de la previsión oficial de inflación, establecida en el 2%, el reparto negociado de la productividad y una serie de cláusulas de revisión salarios para garantizar que los trabajadores no pierden poder adquisitivo.
Pese a todo, los trabajadores están convencidos de que terminarán pagando por la crisis económicas y que serán sus bolsillos los que tengan que soportar buena parte de las cargas derivadas de la actual situación de debilidad. Por lo menos estos son los resultados de una encuesta realizada por MSN con motivo del día internacional del trabajo, según la cual el 85% de los españoles cree que la crisis propiciará la congelación de sus sueldos. La incertidumbre comienza a apoderarse de los españoles y ya son un 84% los que no creen conveniente cambiar de trabajo en el momento actual.