Han tenido que pasar cuatro meses para que el IPC modere las subidas que lleva experimentando desde principios de año y conceda un pequeño respiro a los ahorradores. Todo ello pese a que la inflación creció un 1,1% en abril respecto a marzo. Y es que la tasa interanual bajó tres décimas hasta el 4,2% en lo que supone el primer descenso en siete meses.
Actualmente el IPC se encuentra en los mismos niveles de diciembre de 2007, según reflejan los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El vestido y el calzado han sido los grande protagonistas de la subida mensual de la inflación, ya que se sus precios se incrementaron un 9,3% por la llegada a las tiendas de la temporada primavera-verano. También subió el precio de la vivienda un 0,9% por el mayor coste del gas, en tanto que el transporte se encareció un 0,5% debido al alza de los carburantes. En tasa interanual el transporte fue el que más subió con un 6,7%, lo que por otra parte representa un punto menos que en marzo. Mientras, los alimentos y bebidas no alcohólicas crecieron un 6,6%, tres décimas menos que hace un año, y la vivienda aumentó su tasa de inflación en seis décimas hasta el 6% por el encarecimiento del gas.
Los grupos especiales también subieron de forma generalizada empezando por los carburantes y combustibles con un 16,7%, al que siguieron los productos energéticos (13,3%). Y no son los únicos que cuestan más que hace un año, ya que algunos de los alimentos básicos también aumentaron su precio como el caso de la leche (25,9%), los huevos (12,3%), las frutas frescas (11,8%), el pan (11,1%) y los productos lácteos (10,4%). Por el contrario, las patatas cedieron un 11,1%.
Por suerte no todo fueron ascensos. En este sentido, los precios del ocio y la cultura cayeron tanto en tasa mensual (1,1%) como interanual (1,1%). En el fondo de este movimiento se encuentra la caída de los precios de los viajes vacacionales una vez terminada la Semana Santa. Además, esta contracción de los precios también puede obedecer a un movimiento para paliar los efectos de la desaceleración del consumo por la subida, entre otros, de la hipoteca.
La caída de la tasa interanual del IPC no debe esconder el problema de la inflación en España y en el resto de Europa. De hecho, el 4,2% actual se encuentra muy lejos del objetivo para el conjunto del año, situado en el 2%. Además, está afectando negativamente a determinados productos financieros y a la capacidad ahorradora de las familias.