Hemos entrado en momentos donde todo parece resultarnos caro. Y motivos sobran para afirmar semejante afirmación.El coste de las hipotecas se eleva, el IPC muestra datos que preocupan, la electricidad parece que nos deparará aumentos en breve y el petróleo se escapa hacia la estratosfera, con resultados nefastos para nuestros bolsillos.
Hoy, hablar de carburantes es sinónimo de aumento de precios y de golpe al bolsillo. Pero esta ineludible tendencia de los últimos tiempos no la sufren solo los consumidores, sino que las empresas han visto considerablemente subir sus costes.
Esta semana los precios que se han visto en el mercado español han batido record. Por ejemplo el gasóleo y la gasolina han seguido el mismo camino que el crudo y han acumulado subas en lo que va del año del 12,5% y el 6,4%, respectivamente.
Con este panorama, llenar el depósito de gasolina promedio de un vehículo de
Un dato mas que ilustra la situación es que desde principios de marzo, la gasolina supera el precio de la sin plomo con aumentos continuos e ininterrumpidos.
Sin embargo, y a pesar de que esta escalada mundial, afecta a todo el planeta, España sigue teniendo los precios por debajo de la media de la zona euro.
Pero estos datos desalentadores tienen sus consecuencias más allá de nuestras economías familiares. Sin alejarnos de nuestro país, Ibera anunció esta semana que la aerolínea soporta “números rojos” asociados directamente al aumento de sus costes en combustibles.
El negativo en sus resultados operativos, marcan que se ha elevado un 25,6% en lo que respecta a gastos en combustibles para sus aviones en 327,4 millones de euros.
Es obvio entonces, que las aerolíneas trasladen esos desfasajes financieros a sus tickets, por lo tanto los consumidores deberemos soportar alzas en las tarifas.
Mientras los centros de poder no debatan seriamente políticas alternativas de energía, que no pongan en riesgo la vida de millones, como sucedería con los biocombustibles a base de cereales, seguiremos inmersos en un laberinto sin salida.
Las energías renovables, bajas en contaminación son la base de un futuro mas limpio y con altas proyecciones positivas.
Sin embargo debemos preguntarnos quienes se beneficiarían, quienes no y por que.La respuesta está en los diarios todos los días.
«La respuesta está en los diarios todos los días» creo que no es una buena afirmación ya que se ha demostrado que en el tema de los biocombustibles responden a estereotipos y posturas ideológicas que poco tienen que ver con la realidad. No debemos caer en la asimilación de biocombustibles = uso de cereales para alimentación. Cuando históricamente hace unos 15-20 años había superproducción de cereales en el mundo y la determinadas poblaciones se morían de hambre (igual que ahora) nadie culpó al desarrollo de no dar de comer al que lo necesitaba ni siquiera habiendo excedentes. No es correcto echarle la culpa a los biocombustibles ahora del hambre en el mundo.