Las claves del éxito de Amazon

Conseguir que una empresa llegue a lo más alto no es una tarea fácil. Y para los grandes empresarios de hoy en día como, por ejemplo, Jeff Bezos, tampoco. A principios de los años 90 Bezos, que estaba a punto de cumplir 30 años, se dio cuenta de lo importante que sería internet. Estaba viviendo una auténtica revolución.

Sin embargo, por aquel entonces la red no se parecía nada a lo que es hoy y lo que realmente le llamó la atención fue la tasa a la que se estaba recuperando, un 2.300% anual. Lo primero que hizo fue crear una lista de 20 posibles productos para vender en línea. Finalmente, se decidió por los libros. Una demanda universal y su bajo coste impulsaron su decisión.  Y nació Amazon.

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Hoy, se ha convertido en mucho más que una librería. Sus humildes inicios de 1994 le llevaron a dominar no solo el comercio minorista, también algunas industrias. No obstante, la verdadera clave del éxito de Amazon va mucho más allá de elegir el momento preciso y un producto con demanda. Bezos mantuvo ( y mantiene) una obsesión por el cliente. Sin embargo, hay otros detalles que vale la pena valorar y que también han aportado mucho a lo largo de estos años de ascenso. Unos detalles que, a pesar de aplicarse a una gran empresa, son simples y muy utilizados entre empresas de todo tipo, según Quartz.

1. ¿Impacto alto o bajo?

Todos los días se toman decisiones. Estas decisiones pueden ser de mayor o menor envergadura y afectan de forma diferente. Sin embargo, todas ellas se toman en función de lo que ‘pide’ el entorno. Todas estas decisiones, requieren de un tiempo de reflexión y una valoración y atención previas. Sin embargo, gran parte del estrés que se experimenta a lo largo del día ve mermadas estas atenciones. Esto conlleva a no tomar la mejor decisión.

La importancia de las decisiones se pone en entredicho y se toman en función del momento y no en función del impacto. Aunque algo sea poco importante, hay una necesidad existente de tomar la decisión cuanto antes y en base a las circunstancias de ese momento. Y esto, es precisamente lo que explicó Jeff Bezos en una carta a sus accionistas en 2015.

«Las decisiones se dividen en dos categorías. Las de tipo 1, que son elecciones en circunstancias críticas y con un gran impacto. Influyen más en la estrategia global. Y las de tipo 2, que son elecciones con menor impacto y que se pueden modificar más fácilmente si fueran erróneas», señalan.

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Amazon consiguió distinguir entre ambas decisiones y son el equipo de a pie, el que está sobre el terreno, el que decide qué hacer. Por otro lado, las decisiones de tipo 1 las toman los responsables y los que tienen puestos de mayor responsabilidad. Distinguir entre ambos impactos es complicado, y muchas empresas caen en la trampa y confunden unas y otras. Es un sistema muy simple pero efectivo. Las decisiones de tipo 2 son las que deben delegarse y agruparse junto a otras decisiones del mismo tipo para decidir más adelante. Las de tipo 1 son en las que se debe gastar el tiempo y esfuerzo.

2. El uso correcto de proxies

Con más tecnología, hay más automatización. Y con más datos, hay más eficiencia. Empresas como Amazon tienen acceso a una gran cantidad de recursos que mejoran su rendimiento y reducen su carga de trabajo. Gracias a los proxies pueden realizar encuestas y pruebas de las que obtienen investigaciones que, posteriormente, usan para construir mejores sistemas que tomen decisiones por ellos. Ciertamente, esto es muy efectivo.

«Un buen proceso te sirve a ti y te permite, a su vez, servir a los clientes. Sin embargo, si uno no está contento con su funcionamiento o resultados, el proxy se convierte en el objetivo. Esto sucede en organizaciones grandes. Se dejan de mirar los resultados y lo único que preocupa es que el proceso sea el adecuado. ¿Controlamos el proceso o el proceso nos controla a nosotros?», señala Bezos.

Las empresas tienen tantos proxies como individuos somos. Es decir, muchos de los procesos que hacen los individuos para tomar decisiones se basan en analogías. Se aceptan datos y estudios que se han hecho a partir de otras personas. El problema en estos casos es que no se tiene el cuenta el contexto y la situación de cada uno. Un dato no tiene que suponer lo mismo para dos individuos. Hay muchas variables y las buenas decisiones son aquellas que se toman sabiendo los detalles. Para las decisiones de tipo 2, un proxy es útil. Pero en las decisiones de alto impacto hay que comenzar de cero ya que cada situación es única.

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3. Lanzar ideas sin terminar y mejorarlas

Pasado un cierto tiempo, la mayoría de las ideas y decisiones que se toman proporcionarán rendimientos decrecientes. Como regla general, dedicar más tiempo a tomar una decisión equivale a quedarse atrás y ganar menos. Sin embargo, esto no se aplica a todas las situaciones, aunque pasado un tiempo todas se vuelven menos efectivas.

Por ejemplo, un diseñador nunca pensará que su creación es perfecta. Dedicar mucho tiempo a retocar antes de compartir el trabajo se llevará tiempo de rendimientos positivos, mucho más que el que puedan añadir esos retoques. Es mucho más inteligente sacarlo a la luz y retocar después, en función de los comentarios y reacciones de los demás. Hacer esto, además de mantener activo al creador o empresa, asegura no aferrase a elecciones primarias. Se debe tener en cuenta el cambio y hacer elecciones estáticas y perfectas en un mundo dinámico lleva al desastre.

En Amazon las ideas se lanzan al 70% de su desarrollo. Después de esto, el equipo se centra en hacer correcciones de forma precisa y cuidadosa. Esto permite que avancen más rápidamente y asegura el no comprometerse en una decisión. Menos tiempo decidiendo permite tomar más decisiones. La cantidad lleva a la calidad.

Amazon y sus decisiones

Las decisiones forman parte del día a día. Y la calidad de ellas determinará donde acabe cada uno. Un buen marco de decisión ayuda a tomar estas decisiones. Amazon, una de las compañías más exitosas de la actualidad, tiene su proceso de toma de decisiones como clave del éxito.