Que las finanzas ocupan cada vez más espacio en los telediarios y titulares en nuestros periódicos es una realidad que pocos se atreverían a refutar. Otra cosa es que el peso creciente de la economía financiera en los ámbitos macro y micro de nuestras vidas se traduzca necesariamente en un incremento proporcional de la formación y conciencia de los ciudadanos acerca de este sector. En este sentido, uno de los principales problemas que se constatan en nuestro país es la falta de educación financiera, que a menudo revierte de manera directa en conductas irresponsables o incluso peligrosas cuando se trata de la gestión de nuestras finanzas. Así lo refleja un estudio a cargo de Creditea, compañía FinTech especializada en gestión de opciones de crédito a medida, entre una muestra de 500 personas en España. De este análisis, realizado por la empresa GFK para Creditea, sobresalen varios datos interesantes que componen una radiografía clara de la relación de la sociedad española con el mercado crediticio.
La más relevante de estas constataciones es, según Creditea, que el estudio evidencia la importancia que los españoles otorgan a la educación financiera, ya que el 79% de los encuestados ha señalado como muy importante que la educación financiera se enseñe desde edades tempranas. A este respecto, sólo el 2% quita toda importancia a que los niños reciban educación financiera. Frente a estos datos, queda también patente la desconfianza de los españoles en el sistema crediticio y su prudencia a la hora de acceder a el. El 93% de las personas afirma que no pediría un crédito de manera impulsiva, y el 90% asegura que nunca lo pediría sin estar convencido de su capacidad de pagarlo. Para los expertos del sector, aunque queda mucho por mejorar, este tipo de respuestas evidencian un incremento de la responsabilidad entre los ciudadanos a la hora de gestionar sus finanzas. En este sentido, si atendemos a los factores en los que más se fijan los españoles a la hora de solicitar créditos al consumo, el 28% da prioridad a la reputación de la compañía financiera, y sólo el 36% de los encuestados otorga más importancia al tipo de interés.
A tenor de estos datos, parece que existen motivos para pensar que el concepto de responsible lending comienza a instalarse de manera lenta pero progresiva en nuestro país. De hecho, todo apunta a que en la actualidad, la preocupación por mantener a raya las deudas tenga un peso relativamente superior entre las prioridades de los españoles de lo que indicaban las tendencias anteriores a la crisis. En este sentido, de hecho, la dureza y las consecuencias todavía patentes de dicha crisis, que hizo tambalear los cimientos de buena parte de las economías del mundo, parecen haber jugado un papel decisivo en este cambio de rumbo. En cualquier caso, en lo que sí coinciden los expertos del sector es en señalar que todavía queda mucho camino por recorrer, tanto en términos de mejora del acceso al crédito como de la capacidad de los consumidores para tomar decisiones acertadas en esta materia.