Ante un imprevisto económico, muchas personas deciden recurrir a préstamos con garantía hipotecaria cuyo acceso suele ser más fácil y cuyos tiempos de respuesta son más ágiles y rápidos que la banca tradicional.
¿Cuál es la diferencia entonces con un préstamo tradicional? Los préstamos con garantía hipotecaria, como su propio indica, contemplan la vivienda como aval de devolución de dicho préstamo. Puede ser la propia o la de algún amigo o familiar que la ceda siempre y cuando quede poco tiempo por pagar.
En la actualidad, la capacidad de ahorro de la sociedad es mínima, a la cola de muchos países europeos del entorno de España. Los precios de alquiler y de vivienda, sobre todo en las grandes ciudades, así como el alto nivel de vida hacen que muchas familias no consigan ahorrar a lo largo del año y, ante la llegada de un imprevisto económico, sólo tengan la opción de pedir un préstamo para poder afrontarlo.
Pocos requisitos y facilidad de acceso
En este sentido, aun cuando la situación es difícil, se recurre a préstamos de capital privado con garantía hipotecaria porque suelen ser mucho más flexibles ya que el riesgo de impago es mucho menos elevado que cualquier otro. Esta figura financiera de préstamo es a la única que pueden acceder las personas que están clasificadas con una probabilidad alta de morosidad.
¿Pero cómo funcionan los préstamos con garantía hipotecaria para calcular el importe? Lo primero que habría que hacer es proceder a la tasación de la vivienda y saber que, de la cifra que se ha obtenido como resultado, sólo se podrá disponer del 45 %. Es decir, si la vivienda tiene un valor de 500.000 euros, la persona que ha pedido el préstamo sólo podría obtener 225.000 euros, a lo que habría que restar el dinero que quedase por pagar, por eso es importante que queden pocos años.
Se suele recurrir a esta figura en momentos puntuales como cancelar embargos, paralizar subastas o solucionar incidencias tributarias. Pero, no todos los casos o motivos tienen por qué tener un matiz negativo.
Muchas otras personas pueden necesitar liquidez para inversiones en negocios o financiar la aceptación de una herencia – de la que se presupone obtendrá una cantidad mayor. Entonces profundizan sobre qué son préstamos con garantía hipotecaria y cómo les puede ayudar en esta situación en particular y se deciden por este instrumento, mucho más cómodo que otro.
Además, los únicos requisitos son ser mayor de edad y disponer de una vivienda para avalar el préstamo, incluso estando en el fichero ASNEF.
Sin embargo, una vez se ha accedo al préstamo, lo que más preocupa es qué pasa si no se consigue devolver en el plazo indicado de cinco años. En este caso, se enviará una comunicación y se buscará una solución antes de embargar la vivienda. No obstante, la ejecución de la garantía se plantea como última alternativa.
Aunque los riesgos de llegar a esta situación son muy bajos es importante reflexionar la capacidad de pago desde todos los escenarios antes de solicitar este tipo de préstamo.