No nos encontramos en un momento sencillo para la economía. Tras la crisis causada por el Covid-19, los ERTE realizados a millones de empleados en toda España, y las amenazas de rebrotes, mantienen a los ciudadanos en una actitud cuanto menos conservadora con su dinero.
Ante las circunstancias que nos han tocado vivir, no han sido pocas las familias que han espabilado con el tema del ahorro y han comenzado a tomárselo completamente en serio. Según datos oficiales, los préstamos al consumo descendieron durante el mes de abril hasta un 78%.
Los usuarios comienzan a ser conscientes de que hay muchos gastos que antes realizaban que realmente no eran tan necesarios como ellos pensaban, por lo que el momento de confinamiento ha sido ideal para dejar de realizarlos. Por supuesto, esta decisión ha afectado también en gran parte a los comercios minoristas.
Incluso en el pasado mes de junio, donde la situación parecía haberse relajado mucho más respecto a las restricciones y la gente comenzaba a salir y a llenar terrazas, bares y tiendas, las ventas decayeron un 70% en comparación al mismo mes del año anterior.
Siguiendo con esta tendencia conservadora, podemos observar que durante el mes de abril, las entidades bancarias concedieron un total de 626 millones en préstamos al consumo, cuando el año anterior por esas mismas fechas habían concedido 2.842 millones. Atendiendo a los datos recopilados desde 2003, estamos ante la menor cifra registrada desde entonces.
También se reduce el crédito de las tarjetas
Y este no fue el único que se redujo de manera considerable durante el mes de abril. El crédito sobre tarjetas también lo hizo, solo que de manera ligeramente más discreta, con un 15,5%. También es importante recordar que este mes fue uno de los más restrictivos en cuanto a confinamiento se refiere. De esta manera, los expertos prevén que durante los próximos meses, especialmente con la vuelta a la normalidad, la concesión de préstamos personales comience a recuperarse.
Uno de los grandes afectados por esta bajada en el consumo, sin duda alguna, ha sido el comercio minorista. Los expertos realizaron recientemente una encuesta a mil pequeños comerciantes de todo el país. Los resultados no resultan nada favorables, ya que la facturación en el mes de junio bajó entre un 70 y un 80% en relación con el mismo mes del pasado año.
De todos los minoristas que accedieron a hacer la encuesta, un 31% asegura que la facturación no superará los 6.000 euros, lo que equivale a una caída de los ingresos que ronda el 60% si lo comparamos con el mismo periodo de 2019, momento en que la media era de 14.000 euros. Pero esto no es todo. Un 40% de los minoristas encuestados no cree que vaya a facturar la cantidad mencionada anteriormente, además de que ve muy complicado poder continuar en activo durante el año siguiente ante cifras tan preocupantes.
La mayoría de minoristas encuestados, es decir un 79%, ha reconocido que no le quedó más remedio que solicitar las ayudas extraordinarias facilitadas por el Gobierno durante el estado de alarma. Un 40% demandó el cese extraordinario de actividad, mientras que un 36,6% recurrió a ayudas locales y autonómicas, y finalmente un 13,4% pidió financiación a entidades bancarias por medio de avales ofrecidos por el ICO.
Desde luego, no han sido unos meses nada sencillos para la economía de nuestro país, pero todo parece apuntar a que el mes de julio va a ser bastante mejor que los anteriores. Con la vuelta a la normalidad, la mayor parte de los comercios ya se encuentran otra vez en activo, y se espera un impulso económico bastante importante. Este podría verse afectado por nuevos rebrotes, por lo que se ruega a los ciudadanos que mantengan una actitud responsable y cumplan las medidas de seguridad en todo momento.
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