Dentro de las diferentes profesiones tradicionales, algunas han tenido una mala adaptación a la era digital, pero, otras, como la cerrajería, no sólo se encuentra en auge, sino que además se ha adaptado de manera constante a la evolución que las nuevas tecnologías han traído consigo.
Da igual que busquemos un cerrajero en Andalucía o en cualquier parte del país, la cerrajería ha evolucionado de tal manera que es capaz de ofrecer respuestas a los nuevos retos que un escenario tan cambiante ha traído consigo.
Hay que tener en cuenta, además, que estamos hablando de un oficio que proyecta sus servicios ámbitos muy diversos, tanto al ámbito particular de las viviendas, como a las empresas, negocios, etc. Pero que, además, como veremos, ha evolucionado mucho más allá de los conceptos iniciales de la cerrajería.
La cerrajeria
Es difícil establecer un contexto claro en el que se pueda afirmar que comenzó la cerrajería a tomar la importancia que con el tiempo ha alcanzado.
Obviamente, se puede asociar desde la edad media y la progresiva incorporación de las herrerías y sistemas de cierre como un punto de partida que, se vería revolucionado a mediados del siglo XIX con lo que se considera el inventor de la cerradura moderna por parte de Linus Yale.
La popularización de la cerradura de puerta que trajo consigo este invento, a la vez generó una necesidad que, si bien ya se cubría, aún no se hallaba masificada: profesionales cualificados capaces de solucionar problemas con las cerraduras, inicialmente, muy orientados a la mal función de las mismas, y, posteriormente, cada vez en mayor medida a la instalación, conservación y mantenimiento de los sistemas de seguridad basados en cerradura.
El siglo XX es por excelencia el siglo del desarrollo masivo del oficio de cerrajero. Llegando a considerarse un oficio de gran prestigio y en el que, los profesionales, debía desarrollar habilidades amplias, aunque muy centradas en los modelos básicos que, poco a poco fueron haciéndose más complejos hasta llegar a nuestros días.
El cerrajero modero
Aunque el cerrajero moderno puede cumplir con buena parte de las funciones tradicionales que se asocia a la profesión, lo cierto es que poco queda del concepto artesanal con el que se asociaba esta profesión hace un siglo.
Hoy en día, la cerrajería es un entorno profesional en constante avance y adaptación. No sólo desde el punto de vista de las nuevas instalaciones y dispositivos, cada vez más complejos, sino desde la incorporación de las nuevas tecnologías al conjunto de la seguridad tanto los hogares como en las empresas, locales, etc.
Por tanto, el cerrajero es capaz de adaptarse y entender no sólo los mecanismos o dispositivos sobre los que trabaja de manera directa, sino también como participa estos en el entorno de la seguridad, y, por otro lado, adaptarse a la evolución constante que segmentos como la domótica está incorporando a las viviendas.
La cerrajería es un oficio vivo, tremendamente útil, con una gran demanda y que además, ha sabido adaptarse y mantener un amplio espacio profesional en el que desenvolverse a la par que evolucionan los tiempos.