En el final de la semana pasada, del total de la demanda de electricidad en España (683 GWh), más de la mitad se sustentó en base a las energías renovables (eólica, termosolar, fotovoltaica y biomasa), que alcanzaron un total de 291,6 GWh, y la hidráulica, en otros 54,6 GWh. Por su parte, las energías térmicas (nuclear, carbón, gas y fuel-gas) produjeron 388,9 GWh.
Este avance en la producción de energía renovable castiga a otras tecnologías (como el carbón o el gas), que el mercado adquiere por su bajo precio (entran a cero euros en el mercado mayorista), que luego compensan con fuertes primas.
En cuanto a la demanda eléctrica, cayó en septiembre más del 5,2%. Por otra parte, la previsión para el conjunto del año apunta a una caída del 4%. En consecuencia, aunque el aumento del uso de renovables se trate de una situación coyuntural, ésta amenaza con prolongarse a lo largo del año y tendrá efectos sobre la tarifa eléctrica.
Siguiendo con el tema, aparece un gran malestar entre las grandes eléctricas procedente de la obligación que les ha impuesto el Gobierno de consumir 20 millones de toneladas de carbón nacional hasta 2012, a precio regulado.
No obstante, sus intereses no saldrán perjudicados ya que «cobrarán por no generar» con otras energías. Finalmente las centrales casadas en el mercado y que no sean necesarias tras la entrada del carbón, se remitirán a una subasta de exclusión.