La suspensión de pagos anunciada por Martinsa Fadesa ha puesto de manifiesto la crudeza de la crisis inmobiliaria y las consecuencias de una gestión demasiado arriesgada. Sin embargo, al margen de valoraciones acerca de política de inversión de la compañía o de la responsabilidad de la empresa auditora y otros analistas que no supieron ver indicios de quiebra en las cuentas de la compañía, supone un problema para los verdaderos afectados de Martinsa: las personas que han comprado un piso en construcción y las empresas y autónomos a los que todavía adeuda dinero.
Desde que se declaró en suspensión de pagos se han sucedido las noticias sobre cómo deben actuar los afectados por Martinsa para hacer valer sus obligaciones. Así, en diferentes foros inmobiliarios han surgido puntos de encuentro para los afectado y diferentes bufetes de abogados han creado plataformas y asociaciones de afectados. Aunque cabe distinguir entre quienes están a la espera de recibir su casa y los trabajadores y empresas a los que Martinsa adeuda el pago de sus servicios, ambos deberán acudir al concurso de acreedores.
En el caso de los primeros, la OCU ya ha alertado que no deben dejar de pagar sus mensualidades, ya que si lo hacen serían ellos y no la inmobiliaria quien cancelaría el contrato unilateralmente. Es decir, estarían proporcionando a Martinsa la ‘excusa’ para no devolver el dinero y ni dar el piso. Desde la compañía han lanzado un mensaje de calma asegurando que las viviendas en construcción se terminarán y entregarán, así como el resto de proyectos. Lo que los afectados deben tener en cuenta es que el procedimiento concursal no afecta ni a la vigencia de los contratos ni a las obligaciones contraídas. Pero ante los incumplimientos previsibles (plazos, etc) es posible plantear una resolución contractual.
De todas formas, es recomendable asociarse con otros clientes afectados, ya que así será más fácil personarse en el concurso de acreedores (no habrá que hacer tanto papeleo) una vez el pasado 24 de julio el juez admitió a trámite la solicitud de Martinsa. Ahora los acreedores, es decir, cualquier persona a la que la compañía adeude una cantidad de dinero o un bien disponen de un mes para acreditar la deuda y presentarse al concurso. Esto incluye las personas a las que han abonado alguna cantidad adelantada por su piso: en un mes deberán comunicar las cantidades que han pagado o pueden quedarse fuera del concurso.