La compra de deuda de España e Italia en los mercados secundarios de deuda por parte del Banco Central Europeo ha sentado como un tiro entre los sectores más conservadores de la sociedad alemana que no han dudado en cargar las tintas contra el Presidente del BCE al que han acusado de promover la crisis de deuda.
Acusan a Trichet de comprar deuda con el dinero de todos los contribuyentes europeos, y principalmente con el de los de los países más ricos (Países Bajos, Alemania y Austria) para salvar a países que no están haciendo sus deberes de austeridad como, según ellos, son España e Italia.
Sin embargo, bien harían estos sectores en callar porque si algún país se ha beneficiado netamente por la entrada en el Euro ese ha sido Alemania que se ha encontrado con un mercado amplísimo de consumidores dispuestos a pagar en la misma moneda, lo cuál le ha dotado de mayor competitividad con respecto a sus competidores a la hora de exportar.
El mercado común en su conjunto y la zona Euro en particular, ha sido una bendición para las empresas alemanas, y si bien es cierto que también ha tenido que contribuir en mayor medida a base de transferencias, ésto ha sido por razones de justicia y de equilibrio social.
Y otra cosa que no pueden olvidar los alemanes es que si España e Italia, o alguna de las dos, caen, caerá toda la zona Euro, y con ella la propia Alemania.
Lo que deberían de hacer es dedicar sus esfuerzos a no bloquear la unidad fiscal, indispensable para seguir adelante en este apasionante proyecto de integración supranacional.