Alemania se ha descolgado del consenso del Eurogrupo a través de las declaraciones de su Ministro de Economía en las que ha puesto de manifiesto la voluntad del país germano para que aquellos países que son rescatados por parte de la Unión Europea pasen a perder su soberanía en temas de fiscalidad y presupuestaria.
Esta soberanía pasaría a formar parte de la responsabilidad de la Unión Europea, que es lo mismo que decir al eje franco-alemán, que podrían entonces aplicar sus políticas de economía liberal, apoyando la flexibilidad de los mercados y la debilitación del estado del bienestar en casi todos los niveles.
Con estas declaraciones el Ministro de Economía alemán hace un guiño a sus electores nacionales que llevan tiempo quejándose del dinero que Alemania gasta para ayudar a sus vecinos europeos, los cuáles deberían de responsabilizarse, a su juicio, de los excesos cometidos en el pasado.
Sin embargo, los alemanes olvidan que la entrada en vigor del Euro ha sido la mejor noticia para las exportaciones alemanas intraeuropeas, ya que les abrió un ingente mercado de consumidores dispuestos a demandar productos alemanes y con capacidad para comprarlos en la misma moneda.
Una vez más, se impone el criterio de que los gobernantes europeos miran más hacia sus problemas nacionales que hacia la construcción de una Europa unida y con visos de fortalecerse en el futuro cercano.