Al menos, los presidentes de 25 países de América Latina y el Caribe, comenzarán a llegar a México este domingo para discutir la creación de una nueva organización con el objeto de abordar las preocupaciones más apremiantes de la región.
La iniciativa liderada por México, un claro signo de confianza cada vez mayor de América Latina como una región, excluirá a los EE.UU. y Canadá. Algunos creen que incluso podría competir con el 35-miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), que incluye a los EE.UU. y Canadá y ha sido el foro principal para asuntos hemisféricos durante el último medio siglo.
En concreto, la idea es crear un organismo para sustituir y ampliar significativamente el llamado «Grupo de Río», formado originalmente en 1986. Mejorando de esta manera, la organización, estructura y modus operandi.
Asimismo, México reconoce que la estrategia podría tener consecuencias indeseables. Y se refiere a los EE.UU. diciendo, “OK, América Latina puede tener su organización así que vamos a echar por tierra la OEA».
Sin embargo, cualquiera que sea la reacción, el cambio llega en un momento poco propicio para las relaciones EE.UU.-América Latina. En primer lugar por las diferencias sobre la estrategia diplomática después del golpe encabezado por militares de Honduras el año pasado, y segundo, por las diferencias sobre la posible reelección de José Miguel Insulza, actual jefe de la OEA.
Por otra parte, la mayoría de los analistas coinciden en que América Latina es mucho más dividida de lo que era hace 20 años. La aparición de Hugo Chávez, el presidente izquierdista de Venezuela, ha ayudado a delimitar una división política clara, con países como Ecuador, Bolivia y Nicaragua a la izquierda y de Colombia, Perú y México, a la derecha.
Hasta el momento, Brasil a menudo ha puenteado la profunda fisura que divide a los dos grupos. Pero con las elecciones presidenciales que se acercan, y los observadores políticos menos entusiasmados con los candidatos, existen dudas sobre si su sucesor será capaz de hacer lo mismo.
Por lo pronto, no se ha visto mucho éxito de los esfuerzos de integración de América Latina, y no se imagina que esto vaya a ser muy diferente. No obstante, esperemos que ocurra todo lo contrario.
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