Alpha y Beta, dos conceptos importantes para evaluar un fondo

A la hora de escoger un fondo de inversión hay que tener en cuenta muchos factores. Dos de ellos son los que se denominan alfa y beta de un fondo. Vamos a profundizar en estos conceptos.

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Hoy en día son muchos los factores que pueden influir tanto en la bolsa como en la renta fija. La influencia sobre los mercados, positiva o negativa, puede venir de elementos tan variados como la inflación, los precios de las materias primas, decisiones geopolíticas… Todo esto puede influir en movimientos rápidos que convierten una rentabilidad positiva y negativa o viceversa.

Aprender a descubrir los factores relevantes dentro de los fondos de inversión es sin duda una buena decisión cara a esta realidad. Por ello conviene también tener en cuenta lo que se viene a llamar alpha y beta en un fondo de inversión.

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Alpha y Beta

Alpha sería lo que nos permite valorar las habilidades del gestor de un fondo de inversión. En este sentido un valor positivo significa que el gestor añade valor que proporciona obtener una rentabilidad independiente de la que aporta al propio mercado de referencia de ese fondo.

Por su parte, cuando hablamos de beta en un fondo de inversión lo hacemos sobre la sensibilidad de un fondo en referencia a los movimientos de los mercados, concretamente de su índice de referencia.

Por ejemplo:

  • Caso 1: Un fondo de inversión con una beta de 1,2 y un alpha de 0 situado en un escenario alcista en el que el índice de referencia suma un 10% de rentabilidad en un año. En este caso el fondo obtendría un 12% de rentabilidad, pero, en un escenario negativo con una caída del 10%, también la beta influiría en este caso proporcionando una rentabilidad negativa del -12%.

 

  • Caso 2: en este caso se invierten los valores y el fondo presenta una beta de 0,8 y un alpha de 3% en el mismo escenario anterior de rentabilidad positiva del índice de referencia en un 10%, el fondo ofrecería según la beta un 8% de rentabilidad y le debemos sumar el 3% del alpha, con lo cual se situaría en el 11%. En el escenario bajista, sin embargo, con una rentabilidad negativa del -10% del índice de referencia, la caída por la beta sería de un 8%, pero, en este caso el alpha influye de manera positiva amortiguando el golpe con lo cual la caída sería sólo del 5%. Este sería el valor aportado por el gestor de forma independiente al propio comportamiento del mercado de referencia.

 

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Cómo se calculan

Ambos elementos son calculados siempre a través de los datos históricos, pero, en el marco de un fondo con un gestor estable y con una base histórica amplia, los ratios son perfectamente útiles para valorar los fondos con mucha precisión. Eso sí, hay que tener en cuenta que nunca estos ratios son estáticos y que las variaciones a lo largo del tiempo se van a dar con frecuencia.

En el caso de los fondos cotizados o ETFs vamos a encontrar variaciones respecto a lo anterior. Esta figura replica el comportamiento de un índice y por tanto la beta es de uno y el alpha de cero ya que no existe una gestión activa. Por otro lado al encontrarse cotizados en el mercado continuo pueden ser comprados y vendidos en una misma sesión.

En un resumen rápido diríamos que a un inversor que se acerca a un fondo de inversión le interesa un alpha positivo que se traduzca en un mayor retorno al margen del mercado que le pueda ofrecer un gestor, con un mercado con rentabilidades positivas la beta alta aportará rentabilidad pero, como hemos visto, a la baja penaliza más.