Que la multa iba a ser multimillonaria era algo sabido, que se buscaba un final ejemplarizante para el cierre de página que supone determinar la multa nada menos que al Bank of America por el escándalo de las hipotecas basura también era algo sabido. La combinación de esa necesidad de cerrar página con la sentencia ejemplarizante que se venía demandando desde todos los ámbitos ha dado como resultado que el segundo banco por activos del país haya recibido la que se considera mayor multa impuesta por las autoridades financieras norteamericanas a un banco.
El acuerdo con la entidad del gobierno norteamericano prevé el pago de 16,650 millones de dólares. Se trata como decíamos de una cifra récord que sobrepasa la multa que ya recibiera el pasado año 2013 JP Morgan Chase con 13,000 millones de dólares de importe.
No es casualidad de que se cierre, o se trate de cerrar, este episodio negro en la historia económica estadounidense con la sentencia al BoA. Se considera desde el principio que ninguna otra entidad estadounidense contribuyó de manera más activa al desastre económico no sólo nacional sino a la propagación de dicho desastre a la economía internacional, así como el fiasco financiero que supuso el escándalo de las hipotecas basura para millones de inversores de la entidad.
El acuerdo alcanzado entre las autoridades económicas del país y el banco se establece que la entidad abonará 9650 millones de dólares en efectivo a las autoridades, los 7000 millones restantes irán a parar al un ejercicio de ayuda a los propietarios de viviendas, prestatarios y comunidades afectadas por el escándalo. Debemos tener en cuenta que se supone que esta multa cierra la enorme cantidad de investigaciones y procesos emprendidos a nivel institucional por todo el país, es por ello que entre los beneficiarios de la multa a figurar estados de la nación distribuidos por toda su geografía, que van a poder teóricamente reembolsar las pensiones de los que perdieron dinero en los títulos hipotecarios (está por ver los porcentajes reales de aplicación que se pueden permitir)
No ha sido un camino sencillo, y por eso la sensación de cierre de página es aún mayor. Al final las autoridades bancarias se han visto obligadas a aceptar tras un proceso de negociación durísimo del cual no querían transigir más que con sanciones muy lejanas por lo bajo; el argumento siempre ha sido el mismo, que la entidad pagaba los excesos de las malas prácticas realizadas por Merryll Lynch y Contrywide, en las dos entidades adquiridas durante la crisis, sin embargo, la amenaza de apertura de procesos en paralelo al menos a Merrill Lynch si BoA no hacía frente a la multa establecida en este acuerdo ha sido al final determinante en unión a la presión de diversos jueces federales.
La factura final que se estima de coste para la entidad teniendo en cuenta este cierre de demandas tanto de inversores como de Estado y agencias federales supera los 70,000 millones de dólares.