Con los recientes aumentos del precio del barril de petróleo, llegando a valores impensados, e impulsando los precios generales de los bienes a su par, nosotros queremos preguntarnos algo muy simple: ¿Quién resulta ganador en esta situación? ¿Lo hay?
Lamentablemente, siempre hay un ganador y un perdedor de las situaciones de crisis. Y en esta, están los mismos de siempre, dado que no es común que los que menos tenemos resultemos beneficiados con cualquiera que sea el problema que azota a la economía tanto nacional como internacional.
Sin embargo, con las crisis aparecen nuevas ideas, y se abre paso dando lugar a nuevas tecnologías y descubrimientos, como es el caso del aumento de las energías renovables. Ante el encarecimiento del petróleo se produce la contra cara inmediata en la conservación eficiente de energía y aumenta la competitividad de las fuentes alternativas, y por ejemplo, las renovables son las grandes beneficiadas por un petróleo por las nubes. Y esto no lo decimos porque nos parece lógico, sino que está probado en base a un estudio realizad por el Departamento de Asuntos Sociales y Económicos (DEAS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Aunque esto parece una idea muy buena dado que estaríamos contaminando menos, la realidad es otra, porque el mundo actual no se moviliza en base a energías renovables. Si bien cada día tienen mayor presencia en la energía otorgada, el petróleo es el rey de este siglo. Entonces, si la previsión estima que siga incrementándose el precio del barril, los ojos apuntarán directamente a los posibles impactos adversos en la economía mundial.
Asimismo, la ley de oferta y demanda no le influye, dado que a pesar de ser el petróleo la mercancía más cara, la dependencia de países como Estados Unidos y China hace que no dejen de tener consumidores para empujar su precio hacia abajo.
Por ejemplo, China importa petróleo cubriendo un 20% del consumo interno en 2000, y alcanzó el 50% en 2004. Estados Unidos muestra números similares. ¿Y Europa? Pues estamos en la misma situación, y nuestros precios se ven influenciados cada día más por el constante aumento del crudo. Somos las verdaderas víctimas de esta crisis, si es que podemos llamarla crisis, porque en mi entender, la especulación está haciendo de las suyas en estas subas de precios.
Como es lógico, todos los que seamos consumidores no nos veremos beneficiados dado que el crudo llegó a su precio más alto desde finales de 2008. Pero por el otro lado, tenemos a los gobiernos que, o manejan las empresas petroleras estatales como ocurre en Venezuela o México, o bien, gozan del tributo que las refinerías pagan al estado, ellos son los ganadores en esta ocasión. Claramente, también debemos incluir en esto a las compañías petroleras, que vieron su mercancía sobrevalorada en menos de 2 meses a precios inalcanzables.
Y nos asustamos ahora por la inflación, que es la más alta desde hace tiempo… Pues ¡cómo no va a serlo! si el petróleo está por las nubes, y además, no es sólo el petróleo. Tenemos de la mano al café, al cacao, cereales, entre otros, que tornan el panorama de gris oscuro para dar paso a una terrible crisis alimentaria en los años que se vienen: cuando el consumo supere a la producción, voy a recordar tristemente las palabras de Thomas Robert Malthus, tildando de benefactoras a las guerras y pestes para reducir la población. Espero que no tengamos que caer en esta barbaridad nuevamente.
Imagen: stock exchange
La realidad providencial es que los recursos naturales no renovables están en el subsuelo de la división geográfica imaginaria, donde una Sabiduría Superior determinó que estuvieran, para beneficio de una predeterminada generación.
Si es beneficiaria de los recursos que subyacen en el subsuelo, la generación actual asentada en América Latina o Asia, por ejemplo, es porque le plació a esa Sabiduría Superior extraterrestre, llamada en hebreo ´elohim, y mal traducida en español dios.
La generación actual de Europa y Norteamérica vive tiempos de corrupción moral predeterminada para el día malo; no es Malthus quien primero lo comprobó. Recordemos a esa persona que llegó a estar en el espíritu en el día del Señor -lapso en que sucederán los acontecimientos revelados o apocalípticos-, quien hace 1.913 años anunció la reducción poblacional.
Lamentable es que en América Latina y Asia, algunos ya están siguiendo el mal ejemplo de Europa y Norteamérica, pensando en que es un buen ejemplo de desarrollo.