Todos estamos pendientes de la crisis financiera internacional, y sobre todo por dos motivos, el primero y principal es porque sentimos que nos toca directamente a todos en nuestra vida diaria, y el segundo, porque afecta a los países más ricos del mundo.
Sin embargo, existe otra crisis que afecta a la otra parte del mundo, la de los pobres, y poco se hace por ellos, y menos ahora que los que más tienen están inmersos en otras cuestiones.
Casi 1.000 millones de habitantes de los países en desarrollo están amenazados por uno de los males más duros que afronta la humanidad, el hambre. Y el motivo directo de esta situación se debe al aumento de los precios de los alimentos.
Según un informe realizado por la organización humanitaria británica Oxfam, la inflación del precio de los alimentos de base, el arroz y los cereales ha llevado en 2008 a unas nuevas 119 millones de personas a una situación de hambre, y la cifra total asusta, existen 967 millones de hambrientos en el mundo.
Para reflejar la oposición de dos mundo que conviven en un mismo planeta, mientras el mundo desarrollado invertira uno 700.000 millones de dolares en salvatajes financieros, la FAO estima que «serían necesarios 30.000 millones de dólares por año, durante un plazo de diez o 15 años, para erradicar el hambre en el mundo«.
Con esta realidad, uno de los proyectos más ambisiosos de la ONU está en riesgo de no poder cumplirse. Las Metas del Milenio planteadas por la organización proyectaban reducir el hambre a la mitad para 2015, siempre que los gobiernos actúen con responsabilidad, aunque la realidad parece más lejos que nunca.
La ingeniera agrónoma española Teresa Cavero, responsable de investigación de Oxfam, sostiene que «la comunidad internacional ha fallado, y durante años las políticas de ayuda a los países pobres han sido equivocadas. Las medidas proteccionistas de la Unión Europea y Estados Unidos han impedido que se desarrollara la agricultura en países del hemisferio Sur, los que tendrían mayor capacidad para producir alimentos».
¿Estamos en las puertas de una nueva frustración? ¿Por qué los bancos que han actuado con irresponsabilidad tienen la prioridad?